Conocer la génesis de un símbolo, como es el Santuario de Covadonga para toda Asturias, es lo que ofrece la exposición “Covadonga en la mirada fotográfica de Daniel Álvarez Fervienza” que está instalada en la Casa de Cultura de Cangas de Onís. Una muestra, vinculada a la conmemoración que está haciendo Asturias de los 1.300 años de la batalla de Covadonga, que hará que muchos asturianos se marquen como visita obligada de este verano su paso por la primera capital del Reino.
La exposición ofrece al visitante disfrutar de una colección de doscientas placas fotográficas captadas por Daniel Álvarez Fervienza (Llanes, 1857-1951). Las tomó Álvarez Fervienza entre 1890 y 1910 y constatan el privilegio que tuvo de poder retratar el proceso de construcción de la Basílica y, por ende, del emblemático lugar. El comisario de la muestra es Antonio Diego Llaca, bisnieto de quien fuera uno de los primeros nombres de la historia de la fotografía asturiana, y no puede estar más satisfecho de la inicial acogida que está teniendo la exposición. "Los visitantes salen gratamente sorprendidos de la exposición porque creo que supera gratamente las expectativas”, dice. Sobre todo se destaca “la calidad de las fotografías” que están datadas hace más de cien años. De hecho, ya por aquel entonces las imágenes fueron reconocidas y publicadas en algunas revistas de la época como en "La Ilustración española y americana".
Daniel Álvarez Fervienza pudo fotografiar la construcción de la basílica de Covadonga gracias a su relación con Máximo de la Vega, canónigo impulsor de la obra, y eso le puso en una posición de privilegio. Allí pudo captar varias fases de la construcción, momentos de trabajo de los propios obreros y también algunos retratos; todas imágenes que, como recuerdan desde el Principado "contribuyeron a proyectar la imagen de Covadonga dentro y fuera de nuestras fronteras". Por algo Fervienza fue "el primero que pudo capturar la instantánea del templo entre las imponentes montañas" y la radical transformación que sufrió el enclave. Y eso que la profesión de Fervienza no era, inicialmente, la de fotógrafo. Fue maestro en Llanes y más tarde en Oviedo, aunque su verdadera pasión siempre fue la fotografía.
Antonio Diego Llaca, a cuya familia pertenece la colección de fotografías, no dudó ni un instante en llevar a cabo la exposición cuando se lo propuso el Principado. “Llevaba tiempo queriendo hacerla pero hasta ahora no se había dado la oportunidad. La difusión de estas fotografías es fundamental para conocer el simbolismo del lugar” cuenta. Todos los interesados podrán acercarse a ver tan singulares imágenes hasta el 29 de julio en la Casa de Cultura de Cangas de Onís. La muestra fue recorrida el domingo por la consejera de Cultura, Política Llingüística y Turismo, Berta Piñan, y por el alcalde José Manuel González.
