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El reencuentro de Shigeru Ban con sus discípulos asturianos

Jorge Suárez y su esposa, Lucía Salvador, fueron alumnos del arquitecto en Columbia hace 20 años y viajaron con él a Turquía para conocer sus viviendas de emergencia

Jorge Suárez y su esposa, Lucía Salvador, junto a Ban y, a la derecha, Guillermo Nieto, hoy profesor de Arquitectura en la Autónoma de México. | LNE

Actualmente Jorge Suárez es consejero delegado de "Impulso", un negocio familiar que tiene su sede en Llanera y que ha recibido premios como el "Asturias de Arquitectura" y el "Europa Nostra", pero hubo un tiempo en que fue un joven estudiante que, al acabar la carrera en la Politécnica de Madrid, se matriculó en un máster de Arquitectura en la Universidad de Columbia con su novia de aquel entonces, ahora su esposa y la responsable del área de Edificación , Lucía Salvador.

Shigeru Ban, en el centro, en el colegio Auseva entre Jorge Suárez y Lucía Salvador. | LNE

Corría el año 2000. Entre los mejores recuerdos de aquel tiempo están las clases que recibieron de Shigeru Ban, que por aquel entonces impartía una de las asignaturas del máster. Con él viajaron a Izmit, en Turquía, donde el arquitecto japonés había construido unas viviendas con cartón para los damnificados por el terremoto que había asolado la zona hacía apenas un año. "Hicimos muy buenas migas con él. Aprecia mucho la arquitectura española, él está más interesado en la técnica que la espectacularidad. De alguna manera, Shigeru Ban fue la oveja negra de aquel programa, porque Columbia promovía la digitalización de la arquitectura y él nos decía que el ordenador conecta el cerebro con la arquitectura pero el lápiz conecta tu corazón", cuenta su antiguo discípulo.

Al dejar Nueva York aún intercambiaron algunos correos electrónicos pero poco a poco dejaron de saber unos de otros. Cuando Jorge y Lucía supieron de la concesión del "Princesa de Asturias" a su antiguo maestro recurrieron a la mediación de la Fundación y consiguieron reencontrarse con él, en Oviedo, durante un acto en el colegio Auseva. "Se acordaba de nosotros y nos dio las gracias por ir a saludarlo", cuenta el arquitecto. Ver a su maestro les ha dejado algo nostálgicos: "Aquel viaje a Turquía fue algo especial. Su arquitectura fue premonitoria, era la época del ‘star system’, una arquitectura carísima, y él estaba trabajando para personas refugiadas, preocupado por la sostenibilidad y el medio ambiente. El tiempo le ha dado la razón".

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