La chispa que durante las pretemporadas busca encenderse hizo arder ayer al Sporting en Les Caleyes. Los rojiblancos protagonizaron un fútbol dinámico, intenso y con una norma no escrita que obligaba a circular el balón asumiendo dos toques como máximo. Las consecuencias se vieron en el marcador y las pagó un Lealtad que acaba de iniciar su preparación y tuvo el arrojo de presentar batalla durante la primera media hora. Los dos delanteros con los que Abelardo quiere reforzar el ataque tuvieron como respuesta la reivindicación de Mendi y Guerrero. El primero firmó tres tantos y el segundo, otros dos. Ambos fueron los protagonistas de la amplia goleada 1-9 ante los maliayos, un conjunto ordenado y descarado que aguantó lo que pudo.

Lealtad y Sporting firmaron una primera parte impropia de una pretemporada. Impropia por la veloz circulación de balón, la contundencia en las disputas y la chispa para tirar y encontrar desmarques. Dinámica que caracterizó la práctica totalidad del encuentro y agradeció el público de Les Caleyes. Villaviciosa asistía al estreno de su equipo y su nueva equipación, a rayas verticales blancas y negras, homenaje al centenario de la fundación del club, que se cumplirá en 2016. Los de Abelardo aplicaron el rojo candente de su camiseta a la pelota, que parecía quemar en las botas, en el mejor de los sentidos. Dominaron desde un inicio y tardaron tres minutos en adelantarse en el marcador ante la atenta mirada de la plana mayor del club. Javier Fernández, Javier Martínez, Ramón de Santiago, Nico Rodríguez, Lozano, Mario Cotelo, Manuel Sánchez Murias e incluso Tomás Hervás e Isma Piñera, técnicos del filial, estuvieron presentes en el palco, acompañados por Pedro Menéndez, presidente del Lealtad.

El recital goleador de Mendi se abrió con un tanto de picardía. Carlos Castro, encargado del trabajo sucio con la zaga rival y otro de los más entonados en Villaviciosa, armó la zurda para toparse con la estirada de Javi Porrón. El avilesino, atento, remachó el rechace del portero local a la red. No se resintió un valiente Lealtad, que esperaba la suya. Y la encontró en un desajuste de la zaga rojiblanca que dejó a Pedro Beda en franquía para que Alberto dejara el balón a los pies de Chicho. No perdonó Villanueva, que hizo el empate dejando congelado al sorprendido meta catalán.