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Cien años de un sentimiento

José Trabanco Trabanco, socio número 1 del club, recibe el homenaje del Sporting en su centésimo cumpleaños

Cien años de un sentimiento

"Los Herreras. Los dos. Fueron grandes jugadores". José María Trabanco Trabanco socio número 1 del Sporting cumple hoy cien años. Cien. Sus ojos lo han visto todo y su voz, todavía firme, no duda ante la pregunta de quién es el futbolista que más le ha impresionado en la historia del Sporting. "Los Herrera, los dos". Dicho queda para todos los que no llegaron a tiempo de disfrutar de ellos. José Trabanco recibió ayer el homenaje del club de su vida por su centenario. Viudo sin hijos, desde que hace un año perdió a su mujer, acudió a Mareo arropado por tres generaciones de su extensa familia, en la que se incluyen los Trabanco de la sidra, en cuyo llagar se celebrará su cumpleaños por todo lo alto el próximo domingo.

José Trabanco lleva al menos 77 años ininterrumpidos como socio del Sporting. Los archivos del club desaparecieron durante la Guerra Civil y lo único que ha podido atestiguarse es que ya figuraba como socio a 1 de julio de 1938. Y desde entonces, hasta hoy. Ayer pudo hacerse una foto con la plantilla rojiblanca antes del entrenamiento vespertino, recibió los mimos de Quini, de Abelardo y del presidente, Antonio Veiga, y recibió del club una camiseta roja con su apellido, Trabanco, a la espalda y el dorsal número cien. Los futbolistas le regalaron una elástica rojiblanca firmada por la plantilla. Fue un acto sencillo y emotivo sobre el césped del campo número 2, que se remató con un centenar de niños del campus cantándole el cumpleaños feliz. Al verse ovacionado por el numeroso público que seguía la sesión, por futbolistas, técnicos, por Quini y los niños, al bueno de José Trabanco le pudo la emoción.

Como también se emociona al hablar de las pérdidas recientes. La memoria, que no olvida a los Herrera, se muestra más perezosa para buscar un partido especial, un momento concreto. "Bueno, ahora la memoria ya la voy perdiendo y se me olvidan todas las cosas. No recuerdo mayormente los momentos más felices. Cuando uno tenía veinte años, era feliz viendo los partidos, pero ahora ya estoy con ganas con ganas de que Dios nos lleve para allá". Quini, siempre atento, sale al cruce: "No diga eso, que hay que tomar muchas botellas de sidra todavía". La sidra le anima y confiesa que "a veces tomamos un culín". No podía ser de otra forma, cuando se pertenece a una familia de tradición lagarera.

Hace tiempo ya que no acude a El Molinón, pero no se pierde ripio de los partidos del Sporting. "Sí que veo los partidos por televisión", confiesa y cuando se le pide que valore las posibilidades del equipo de Abelardo de lograr la permanencia, llama a la prudencia; "No es que esté muy mal, pero tampoco nos podemos hacer muchas ilusiones".

José Trabanco acusa ya el cansancio de tanta pregunta y avisa de que "son tantos años que uno está ya trastornado". Sin embargo, no lo parece. Tiene un aspecto envidiable y su mente se muestra rápida para responder. Cien años no son nada, don José, menos para quien lo ha visto todo.

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