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Fondo Norte

Bienvenidos a Primera División, chavales

Cuéllar, que frenó a un poderoso Villarreal, fue el mejor de los rojiblancos, ovacionados al final

Los espectáculos del día de Begoña en Gijón pasaron de los toros de Adolfo Martín en El Bibio al equipo de Marcelino García Toral, el Villarreal, en El Molinón. Los toros no tenían nada que ver con los de tardes anteriores. El Villarreal, que ganó al Sporting, dio la bienvenida a los rojiblancos en Primera División. Bienvenidos a Primera, muchachos. Rapidez en la ejecución de los pases, velocidad en la carrera, orden defensivo, presión, como se dice ahora, alta. El Sporting no se desmoronó, ni mucho menos, pero dejó síntomas de que tiene aún mucho camino que recorrer.

Nadie se atrevía a avisar al rey de que estaba desnudo. El Villarreal ha pasado por El Molinón para avisar de la realidad que se van a encontrar los chavales de Abelardo a partir del domingo 23. El mejor del partido fue el portero rojiblanco, que hizo tres paradas en las que evitó otros tantos goles. Del debutante Tonny Sanabria poco que decir porque apenas se le vio, salvo en un remate que estuvo cerca de terminar en gol.

Era la gran prueba de la pretemporada, y la última, para este nuevo Sporting de Primera, lastrado por su escaso margen de maniobra para reforzar una plantilla joven e ilusionante, pero ayuna de experiencia en la máxima categoría del fútbol español. El rival de anoche, sin ir más lejos, hizo debutar al viejo conocido Soldado, por el que ha pagado diez millones de euros, cantidad inalcanzable para las depauperadas arcas rojiblancas.

Las buenas gentes rojiblancas despidieron entre ovaciones a los de Abelardo. En los cambios (reveladora la ovación a Lora) y en la despedida final con la derrota consumada, pese al arreón final rojiblanco con un remate cruzado de Álex Menéndez que mereció el gol. Las buenas gentes saben que el año va a ser complicado, pero eso mismo se pensaba hace un año en Segunda y aún está fresco el recuerdo del enorme ascenso, grabado con letras de oro en la historia rojiblanca.

Esa historia que pasa por El Molinón, que ayer celebró el ciento diez cumpleaños del club con el amistoso que cierra la pretemporada del regreso a Primera de la chavalería abelardiana. No fue la mejor noche de algunos jugadores rojiblancos, pero los aficionados saben que son capaces de dar mucho más de lo que pudieron dar ante un Villarreal en plena reconstrucción y con aires de equipo grande a poco que Marcelino termine de ajustar las muchas piezas que ha cambiado en este verano.

Abelardo, por contra, puso en liza a los que llevaron el peso del ascenso. El Sporting tuvo ráfagas en las que apuró a un Villarreal sólido y eficaz, aunque con poco remate. Los cambios según avanzaba la segunda parte refrescaron al equipo, que acabó empujando al rival contra el área amarilla.

El pesimista puede decir que la prueba más importante del verano futbolístico no fue superada por un Sporting entusiasta, y no por la derrota, sino por algunos síntomas aparecidos. El optimista lo verá todo de color rojiblanco. El sensato se queda aparcado en la esperanza de que el equipo rojiblanco vaya tomando las recetas adecuadas para afrontar una temporada que va a ser clave en la historia rojiblanca porque en ella se exige la consolidación en Primera. Bienvenidos.

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