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El Molinón recupera su mejor rugido

La afición rojiblanca celebra el empate como un gran triunfo

Los aficionados lucieron sus elásticas rojiblancas. JUAN PLAZA

El listón de la afición del Sporting cada vez es más alto. No tiene techo. Ayer dio una nueva muestra. Lo hizo casi tres horas antes de comenzar el encuentro y su fuerza resistió durante todo el duelo. Tal vez no sea capaz de meter goles porque no le dejan, pero su impulso sobre el equipo es innegable e incalculable. Además, la afición sportinguista recogió el premio a su labor con un empate que supo a gloria. Como si de una victoria se tratase, la afición gijonesa celebró la igualada del equipo de Abelardo. La afición está lista para disfrutar y seguir soñando con un equipo que, cada vez que salta a los terrenos de juego, deja su sello y enorgullece a la parroquia rojiblanca.

En los prolegómenos del encuentro, la afición ya dejó sentir su aliento y de qué manera. Un pasillo humano rojiblanco marcó el camino del autocar del conjunto de Abelardo. Millares de aficionados se citaron a las puertas del estadio. La afición quería estar con su equipo antes de que se iniciase el partido para demostrarles su apoyo. Y sus muestras se dejaron sentir con intensidad dentro del autocar rojiblanco.

No tenía pérdida el pasillo humano, porque los miles de seguidores ocuparon al menos unos 300 metros hasta que llegaron a su destino a la vera de El Molinón. Primero se acercó el conjunto blanco, a las 19 horas, y los abucheos fueron atronadores. La afición quería presionar al conjunto de Benítez, que en su descenso del autocar pidió cierta calma ante los abucheos a los suyos.

El cambio de escenario fue total minutos después. La llegada del conjunto de Abelardo fue también atronadora, pero con cánticos de apoyo. Como héroes, los jugadores fueron vitoreados y tratados con honores. Las caras de los futbolistas, sorprendidos y, a su vez, motivados, concentrados para la cita y disfrutando de un momento histórico, hablaban por sí solas. La afición entraba a Primera División por la puerta grande y con las pilas cargadas. Desde luego, en Gijón había ganas de volver a disfrutar del fútbol y de los guajes.

Ya en las gradas, con un lleno prácticamente absoluto -28.105 espectadores- en el estadio, los decibelios no disminuyeron. Siempre con la misma tónica, de apoyo a los suyos y de pitos hacia el Real Madrid para buscar el desequilibrio y que sintieran la presión de El Molinón. Los mayores abucheos se identificaron sobre Cristiano Ronaldo y Jesé, del cual no se olvida la afición gijonesa por su mal gesto hace varias temporadas con Nacho Cases. La afición no perdona.

Ni siquiera los baffles de la megafonía podían silenciar el gran ambiente. El tifo en el Fondo Sur, que rezaba "Hemos vuelto" relevaba la realidad de una afición hambrienta por disfrutar de la máxima categoría del fútbol español. Y lo vivieron con pasión. En la vuelta a El Molinón, el estadio volvió a rugir como en las mejores tardes de gloria del sportinguismo.

El balón comenzó a rodar y la grada jugó su partido. Lo hizo con intensidad desde el primer segundo y, sobretodo, lo hizo con el corazón rojiblanco. Los nervios estaban a flor de piel. Cada acción se siguió con atención, con nerviosismo cuando atacaba el Real Madrid y con una sensación de alivio y alegría cuando el que contragolpeaba era el equipo de Abelardo.

La grada jugó, como era de esperar, a favor del Sporting. La voz rojiblanca fue mucho más potente que la de los aficionados madridistas. Las jugadas polémicas fueron enormemente protestadas por la afición, que apretó de una manera encomiable. También cuando faltaba el aire de sus jugadores llegaba el aliento de los aficionados. Estaban pendientes de todos los detalles para intentar empujar a los suyos.

Y en las jugadas más polémicas volvió a retumbar el cántico que ha recorrido toda España tras crearse hace décadas en el campo más antiguo de España. El "así, así, así gana el Madrid" se hizo escuchar en varias ocasiones, fue atronador. Pero sobre el terreno de juego, no hubo victoria blanca, hubo tablas y el gran triunfo de la tarde-noche se la llevó con merecimiento la afición del Sporting.

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