El sierense Javier Camino celebró casi entre lágrimas el ascenso del Oviedo en Cádiz el pasado 31 de mayo. La vuelta al fútbol profesional tras doce años. Una semana después, sus amigos gijoneses Cristian Suárez y Hugo García se empapaban del éxtasis del ascenso del Sporting tras el gol de Lugo en Girona. El pasado viernes los tres se unieron para apartar la rivalidad por unas horas y cumplir juntos la promesa que habían hecho de antemano: ir caminando hasta Covadonga para festejar ambos ascensos.

"Disfruté muchísimo el ascenso del Oviedo, pero también me alegré por el del Sporting. Ojalá el año que viene haya derbi en Primera y podamos ir los tres juntos a El Molinón y al Tartiere cada uno con nuestra camiseta", señala Camino, que deja a un lado la rivalidad: "Es fútbol y tiene que existir piquilla, pero tiene que ser sana".

El pasado viernes partieron desde la localidad gijonesa de Deva a medianoche. Tras 19 horas y 73 kilómetros legaron a Covadonga empapados, pero con la satisfacción de cumplir el reto. "Sufrí mucho con el Sporting todo el año, pero siempre confié en Abelardo y los Guajes. Se lo merecen todo", comenta Hugo García, que también espera el derbi en la máxima categoría. "Ya toca. Aunque estamos acostumbrados ya a ganar al Oviedo con el filial", sonríe. A lo que su amigo oviedista le responde: "Pero el último derbi, en el Trofeo Principado, lo ganamos nosotros".

Durante su travesía al real sitio atravesaron el Alto del Cubriellu, Peón, Amandi, Borines, Soto de Dueñas, Llames de Parres, Villanueva o Cangas de Onís. Las mismas fuerzas que tuvieron las plantillas de Abelardo y Egea para conseguir el ascenso también las tuvieron estos tres aficionados, Superaron la lluvia y la tormenta y llegaron con tres horas de antelación. "Incluso tuvimos que reptar por una caleya de cien metros de lo descuidada que estaba", explican. Al final cumplieron su objetivo y agradecieron a La Santina los ascensos del Sporting y el Oviedo. Y dieron una sana lección de rivalidad.