Ya es oficial. Abelardo fue el mejor entrenador de la temporada pasada en Segunda División. Así lo han decidido sus compañeros en el Comité de Entrenadores de la Real Federación Española de Fútbol que ayer fallaron los premios Ramón Cobo correspondientes a la campaña anterior. Abelardo fue el mejor técnico del fútbol de plata y Unai Émery el ganador en la máxima categoría. "Estoy muy agradecido y muy contento de recibir un premio como éste y mucho más viniendo de quien viene", agradeció el Pitu tras conocer la noticia. De inmediado Abelardo reparte beneficios: "Es un premio que quiero compartir con mi cuerpo técnico y con la plantilla". Así es este Sporting en el que todos los premios son para el grupo.

El buen trabajo de Abelardo y sus futbolistas se vio refrendado con el premio de un inesperado ascenso a Primera División. El Comité de Entrenadores explica, tras hacer público su fallo, que este galardón "se entrega a aquellos entrenadores que han destacado a lo largo de la pasada temporada por una actitud concreta o por un comportamiento general".

La entrega de los premios se celebrará el próximo lunes 5 de octubre a las 14:30 horas en la sede de la Real Federación Española de Fútbol en Las Rozas (Madrid). Al acto asistirán el presidente de este organismo, Ángel María Villar, y el seleccionador español, Vicente del Bosque.

El palmarés incluye la presencia de otro exrojiblanco. José Manuel Aira fue distinguido como mejor técnico del grupo I de Segunda División B. El premio Ramón Cobo alcanza su quinta edición tras crearse en 2011 en honor del que fuera presidente del Comité de Entrenadores.

Mucho antes, Ramón Cobo Antoranz, Cobo II, fue futbolista y entrenador. Curiosamente su carrera estuvo vinculada a los dos principales clubes asturianos. El central Cobo II fue cedido por el Atlético de Madrid al Sporting en la temporada 1949-50. El club rojiblanco militaba entonces en Segunda División y, tras un mal inicio, buscó este refuerzo con el campeonato ya empezado. Cobo II disputó 18 encuentros como titular antes de regresar a su club de origen. Años más tarde, ya como entrenador, dirigió al Oviedo en la temporada 1968-69

Además del éxito deportivo, que es incuestionable, la comisión que decide el palmarés de estos premios, ha valorado la capacidad de Abelardo para gestionar un vestuario de circunstancias y su habilidad para alcanzar el éxito a pesar de las limitaciones impuestas por la sanción de la Liga de Fútbol Profesional.

Abelardo está recibiendo multitud de reconocimientos, aunque el de sus compañeros es uno de los premios que mayor orgullo le generan. Además, el Pitu ha sabido ilusionar a una afición demasiado acostumbrada a sufrir en los años anteriores. El abelardismo sigue ganando adeptos y su capacidad de proselitismo se multiplica con la repercusión que tiene todo lo que suceda en Primera División.