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Primera prueba de resistencia

El Sporting supera con una victoria el ciclo de tres partidos en una semana con mejor juego que resultados y siempre fuera del descenso - Abelardo reconoce que esperaba un mayor balance de puntos y mantiene su apuesta por las rotaciones para dosificar esfuerzos

Abelardo se dispone a golpear el balón durante una fase del entrenamiento de ayer en Mareo. J. J.

"El cómputo ha sido tres puntos sobre nueve, no todo lo bueno que quisiéramos". Abelardo reconoció tras el encuentro del pasado domingo que confiaba en obtener un mayor premio tras el ciclo más intenso del calendario. El Sporting, sin embargo, ha superado una de las semanas más exigentes de la temporada, en la que se concentraron tres partidos, con mejores números que cinco de sus rivales en la Liga (Éibar, Athletic, Málaga, Levante y Granada). Un dato a tener en cuenta dado que los gijoneses disponen de la plantilla más condicionada, en cuanto a número, de toda la Liga por las limitaciones en materia de fichajes. La respuesta a esta primera prueba de resistencia deja otras conclusiones, como la decidida apuesta por las rotaciones y el mérito de que el equipo siga dentro del objetivo perseguido, estar fuera del descenso.

Las sensaciones son mejores que los números que refleja el casillero de puntos. El Sporting se queda con el buen juego desplegado en las últimas dos derrotas, ante Rayo y Betis, como el síntoma de que el equipo está en el camino para que el fútbol le devuelva el esfuerzo. El regreso a la máxima categoría ha sometido a la plantilla a un escenario al que estaba poco habituado. Nunca encadenó más de un partido perdido en toda la pasada campaña, por lo que digerir estas circunstancias también requiere su aprendizaje. El cuerpo técnico asegura que este escenario no va a afectar al vestuario, algo que también comparten los propios jugadores.

Los puntos positivos son más de los tres logrados en las últimas tres jornadas. Los rojiblancos nunca se mostraron inferiores a los rivales ante los que se vio superado en el marcador. En Vallecas incluso pudo igualar dos goles de diferencia, con un jugador menos, si Vicandi Garrido llega a señalar las claras manos de Amaya en el área. Ante el Betis, pudo sentenciar antes del descanso y acabó pagando dos errores defensivos que en otros casos hubieran pasado sin tan excesivo castigo. También ha mostrado crecimiento en el plano individual y colectivo. Sanabria ya abrió su cuenta particular con dos goles en La Coruña, Halilovic cada vez gana más peso en el juego del equipo y Castro marcó en su primer partido en Primera División como titular, por citar algunos casos.

El Sporting, sin embargo, tiene en el debe otros aspectos a corregir para continuar lejos de la zona de descenso, de la que le separan dos puntos. El más urgente es el de conseguir una mayor contundencia en el área rival, uno de los aspectos que ha lastrado a los rojiblancos en este inicio liguero. Otro, y aunque a Abelardo no le guste denominar su política de cambios como rotaciones, la de acabar de definir un once que la pasada campaña había conseguido encontrar su identidad. El Pitu busca aumentar la competitividad en cada puesto, pero los debates en alguna demarcación pueden pasar factura.

La plantilla ha iniciado la preparación de la próxima visita a Cornellá-El Prat, donde Abelardo podrá recuperar al sancionado Bernardo y la previsión es que Sanabria también se recupere a tiempo. Los rojiblancos se miden a un Espanyol que se repuso de la goleada (0-6) recibida ante el Madrid hasta escalar a puestos europeos. Los catalanes son sextos a pesar del traspiés de la pasada jornada, en la que se vieron superado por el Dépor en Riazor (3-0). Los gallegos son, curiosamente, el rival ante el que el Sporting ha logrado su única victoria de la temporada. La presente campaña anuncia una notable igualdad en la que primará la resistencia.

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