Para el club es uno de los actos más entrañables del curso, aunque haya años, como el pasado, en los que no se pudo celebrar porque no se estaba "en posición de hacer muchas cosas". Para los socios de honor es su gran día, su reconocimiento a cincuenta años de fidelidad continuada. Se dice pronto, pero no es fácil. Son muchas historias, muchas dudas, muchos esfuerzos... El Sporting les entregó ayer su escudo de oro y el carnet que les acredita como socios de honor del equipo de su vida. Ellos lo recibieron con una profunda emoción y recordaron aquellos primeros días en los que descubrieron al Sporting, en la mayoría de los casos, como un legado familiar.

Todos los estamentos del club estuvieron representados ayer en un acto al que también asistió el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Gijón, Jesús Martínez. Todos quedaron en un segundo plano, porque los importantes ayer eran estos 86 sportinguistas que han hecho del club una de sus grandes pasiones. Mención especial para las seis mujeres, quienes reclamaron su espacio en un ámbito tradicionalmente masculino como es el fútbol.

"Hoy vivimos una fiesta de exaltación, de emotividad; la de la sensibilidad del sportinguismo en su estado más puro", arranca Antonio Veiga en un discurso lleno de agradecimiento. Además del presidente del Sporting, asistieron al acto el máximo accionista, Javier Fernández, el consejero Javier Martínez, el secretario del consejo, Ramón de Santiago, el representante institucional, Quini, el director deportivo, Nico Rodríguez, el director de Mareo, Manuel Sánchez Murias, el cuerpo técnico en pleno del primer equipo, los capitanes Cuéllar y Lora, el responsable de márketing, Carlos Barcia, el responsable de instalaciones, Pepe Acebal, el capellán Fernando Fueyo, los veteranos con Joaquín, Jiménez, Cundi y Redondo a la cabeza, y el vicepresidente de la Federación de Peñas, Jorge Guerrero. No faltó ningún estamento del club.

Fue su manera de homenajear a unos aficionados cuya fidelidad está fuera de cualquier asomo de duda. Abelardo y Quini cruzaron algunas palabras con la mayoría de ellos, para terminar de convertir el acto en un día inolvidable.

Los homenajeados reciben su carnet acreditativo, que les exime de pagar los suplementos que no estén incluidos en su abono anual, la insignia de oro del club y además han sido invitados al concierto de homenaje al Sporting que celebrará la Orquesta Filarmónica de Asturias en el teatro de la Laboral.

"Sé que estoy ante miradas de serenidad, enriquecidas por muchos años de fútbol. Miradas que han visto crecer a futbolistas, que conocieron aquellas gradas de El Molinón pobladas de gabardinas y paraguas en tardes de lluvia, sin techo, ni luz artificial", agradece Antonio Veiga. El Sporting cumplió ayer con uno de sus actos más emotivos.