Las matemáticas cuentan una realidad (un punto sumado de los últimos nueve en juego) que Egea discute desde su perspectiva. Defiende el argentino que el Oviedo debería llevar más puntos que los que refleja la tabla, 16, y ciñéndose a lo ocurrido en las últimas tres semanas se atreve incluso a hablar de cifras: "Deberíamos haber sumado siete puntos". Una simple suma de los puntos que el argentino reclama por méritos situaría a su equipo con 22, igualado con el Córdoba en lo más alto de la tabla.

Pero el fútbol es un deporte que siempre mira hacia adelante. De poco sirven los lamentos y las lecturas pasadas si no son para crecer. Para aplicar las lecciones aprendidas a futuros exámenes. El de esta tarde en el Tartiere es uno de esos controles que presenta más problemas que los que aparenta. El Nàstic es un recién ascendido a Segunda (misma condición que el Oviedo pero menor capacidad adquisitiva) que muchos tenían como animador pero sin esperarse un arranque tan poderoso. Los catalanes son cuartos en la tabla, con una apuesta que mezcla la base de la temporada pasada con fichajes perfectamente ensamblados que le han hecho adaptarse a la nueva categoría de forma notable.

La igualdad dominante en Segunda se pone de manifiesto en un dato. Si el Oviedo gana hoy al Nàstic, los azules le adelantarían en la tabla. Así es esta categoría, en la que después de 12 partidos el decimotercero puede igualar al cuarto y superarle por la diferencia de goles.

Para los de Egea el partido cobra importancia por varias razones. La primera es la que se refiere directamente a los puntos. Es necesario cambiar la inercia, volver a sumar de tres en tres para que la tierra prometida del play-off no se aleje un pasito más. Pero el encuentro tiene algo de reforzar la identidad también.

El Oviedo ha abandonado en las dos últimas semanas su vertiente más ofensiva para apostar por una imagen más sólida, al menos es la intención, más trabajada aunque menos vistosa. Dicen los defensores del cambio que mejorar el rendimiento defensivo le dará más alegrías a los azules a largo plazo. Al incremento de los efectivos en defensa habría que sumarle acierto en ataque, algo apagado últimamente, para que la fórmula resulte exitosa.

Egea ha reconocido que sigue dándole vueltas a la cabeza para decidir qué pareja de delanteros inicia el choque. Su últimas dos elecciones han sido Toché-Linares y Toché-Koné. Ahora, el argentino podría intentarlo con Linares-Koné, la pareja que queda por probar desde el inicio.

Pero los posibles cambios arriba pueden no ser los únicos que introduzca el entrenador. Egea avisó de que podría haber variaciones en todas las líneas menos en la portería. Nacho López es uno de los candidatos a regresar al once, con lo adelantaría en la carrera por la titularidad a Johannesson. La baza preparada por Egea es la apuesta por Borja Valle que, una vez superado su esguince de rodilla y de disfrutar de los primeros minutos ante el Numancia, pide a gritos recuperar su lugar en el once. En la búsqueda por acomodo del berciano el damnificado puede ser Hervías, que en las últimas semanas ha perdido algo de efectividad.