Si se echan cuentas de los kilómetros invertidos en avión por Bernardo en apenas semana y media, el rojiblanco ha vuelto a Gijón con un total de 24.000 a sus espaldas. Escalas en Madrid, Santiago de Chile y Barranquilla, para cumplir con la llamada de la selección de Colombia son la causa. Una presencia con el combinado cafetero que terminó sin cumplir el sueño del jugador, que por segunda vez viajó sin poder estrenarse con la "tricolor". "Sólo la llamada ya fue un grandísimo premio", asegura el caleño, que afirma encontrarse en perfectas condiciones para el enfrentamiento ante el Levante. "He llegado casi sin tiempo a comer y venir a entrenarme. Estoy con ganas de retomar el trabajo e ilusionado de que llegue un partido importante como el del domingo", destaca.

"No es una espina clavada. Todo futbolista quiere aportar, pero no es ninguna decepción. Los tiempos los marca el cuerpo técnico, y ellos sabrán cuándo es el momento conveniente de participar", explica Bernardo sobre su experiencia con la selección de Colombia. No fue, esta última, una oportunidad sencilla para hacerse un hueco, ya que el combinado cafetero disputaba ante Chile y Argentina enfrentamientos clasificatorios para el próximo Mundial. Colombia empató a un gol ante Chile en Santiago, y cayó como local 0-1 ante Argentina.

El defensa del Sporting se centra ahora en poder ayudar al equipo a conseguir su segunda victoria en casa. La llegada del Levante, un rival directo en la lucha por la permanencia, se valora desde el vestuario como una jornada clave para aumentar la confianza de cara a cumplir con el objetivo de esta campaña. "Estoy motivadísimo desde que he llegado a Gijón. Lo primero que he querido es entrenarme, a pesar de que podía haber tomado la decisión de optar por ejercitarme de manera más liviana. Mi deseo es estar en plena disposición del entrenador. El partido es muy importante, igual que todos los que vienen aquí, en casa. Podemos sacar una renta importante, ocho puntos, respecto al Levante", concluye.