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Fondo Norte

La frase de Menotti aplicada a Halilovic

Gijoneses que viajaron por Croacia descubren con sorpresa que el rojiblanco no es un ídolo en su país

Quince días después del último partido del Sporting, el del regusto amargo del Calderón, donde el equipo estuvo a un minuto y medio de la hazaña, la ya célebre frase de Menotti cobra nueva vigencia. "Qué lindo es levantarte el domingo sabiendo que por la tarde juega Maradona". Maradona jugaba en Buenos Aires cuando el entrenador argentino pronunció la sentencia. La frase, sentencia o como se la quiera llamar, se puede trasladar al Gijón de hoy. "Qué lindo es levantarse y saber que al mediodía va a jugar Halilovic". Porque el partido del Sporting es mañana al mediodía y se supone que lo jugará de principio a fin el fenómeno croata, pese a los recientes esfuerzos que realizó con su selección. Llegó al final del segundo partido en plenitud porque el zurdazo que le largó a España fue de órdago. El balón se estrelló en el larguero y esa circunstancia le valió a la España de Meré la victoria.

Es curioso el mundo del fútbol. Viajeros llegados a la ciudad procedentes de Croacia aseguran que en aquel país la afición no tiene a Halilovic en el podio. Le afean que trabaje poco en defensa, lo contrario que Modric o Kovacic, ahora mismo ídolos de los paisanos del rojiblanco que, cosas de la vida, juega en la banda derecha con su selección. Las buenas costumbres, siempre, damas y caballeros, señoras y señores diputados; si pregunto, ¿molesto?: ¿no habíamos quedado en que el sitio ideal para el chaval era la media punta? Pues eso, que se aclare todo.

Antes del lindo partido del mediodía del domingo está el clásico de hoy por la tarde, hora que obliga a los partidos de Segunda a irse a la del café posalmuerzo. Los aficionados de la categoría de plata que quieran acudir a los campos o comen pronto o se van con el bocado en la boca. La atracción de un Real Madrid-Barcelona siempre es enorme, pero en este caso adquiere un morbo especial. Los que esperan que el equipo de Benítez se desmorone esperan la hora del partido con indisimulada felicidad. Los que creen que el Madrid va a recuperar el liderato esperan en las mis condiciones.

Los dos entrenadores, sin referirse para nada al rival, han marcado la víspera con dos buenas frases. Benítez dice que "en el clásico me juego tres puntos", en respuesta sin duda a alguien que se interesó sobre si la derrota provocaría el enfado de Florentino Pérez con la consiguiente destitución. La frase de Luis Enrique, como era de esperar a la vista del humor del gijonés, es esa autodefinición en sana réplica a Iniesta, quien dijo que "el clásico me pone como una moto". Luis Enrique sentenció: "Soy un iceberg". Tiene gracia.

Las vueltas y revueltas sobre las alineaciones tienen más sentido en el caso madridista porque Benítez es muy capaz de dejar en el banquillo a James y a Benzema, a quienes quizá no vea bien del todo. En el caso azulgrana nadie duda de que Messi va a ser titular pese a su larga ausencia. El entrenador confesó que iba a hablar con él antes de decidir, y ya se sabe que el argentino quiere jugarlo todo. No es, ni de lejos, el partido del siglo, pero este clásico viene cargado de interés.

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