No logró su objetivo de sumar una victoria que acabase con la mala dinámica de resultados, pero el encuentro ante el Pontevedra, principalmente durante los últimos veinte minutos de juego, puede servirle al conjunto de Tomás Hervás de punto de inflexión. Los rojiblancos estuvieron fríos, contagiados quizás por el ambiente meteorológico, y solo llegaron a calentar en el tramo final del partido. El técnico ya había avisado en la previa que algunos jugadores estaban rindiendo por debajo de su nivel y lanzó un mensaje directo con el equipo titular, con algunos futbolistas destacados sentados en el banquillo. Y no solo sirvió como indirecta porque el equipo rojiblanco que puso sobre el césped ante el conjunto gallego respondió con nota, sobremanera en el aspecto defensivo, desde donde tiene que comenzar la base para salir de la zona baja de la clasificación.

La exigencia del partido ante un rival en un gran estado de forma y juego, fue un buen examen para pulsar el estado en el que se encuentran los gijoneses. En los primeros minutos, el Pontevedra ofreció sus señas de identidad más ofensivas, con largas posesiones de balón y una gran movilidad de sus jugadores en las líneas de ataque. A los diez minutos, el conjunto que dirige Luisito Miguez, vio cómo se le anulaba un gol a Verdú. El defensa cabeceó a la red desde fuera del área, pero Alberto Campillo molestó a Dennis y la acción quedó invalidada.

El Sporting B estuvo impreciso en ataque, con excesivas conducciones individuales que no llegaban a buen puerto. Cuando conectó cerca del área rival, el balón le cayó a Pablo Fernández, que disparó desviado cuando estaba en buena posición para al menos disparar entre los tres palos. El Pontevedra tocó y tocó e hizo correr a los rojiblancos que, sin embargo, aguantaron con cordura, sin perder la posición y sin volverse locos, lo cual le llevó a mantener su portería con seguridad y sin verse en serios apuros.

En la segunda mitad, el Sporting B no inquietaba y Tomás Hervás apostó por el cambio de cromos sacando al terreno de juego a Mendi en lugar de Pablo Fernández. El avilesino logró batallar con la muralla pontevedresa y dar un respiro a su equipo. El Pontevedra podría inquietar con su rapidez para montar los contragolpes, pero Dennis evitó un fuerte disparo de Carnero.

Fue un punto y a parte. Corría el minuto 70 y el Sporting B vivió una transformación dando un pase al frente. La presión en campo rival tuvo su efecto positivo y llegó a inquietar al Pontevedra. Su mejor momento quedó plasmado con un disparo de Guille Donoso, que detuvo Edu, y otra buena acción de Jaime que desbarató Verdú en el último suspiro. El filial llegó tarde, pero obtuvo un punto al orden defensivo y a la intensidad para volver a crecer.