Vivió desde dentro la última época dorada del Celta, la que vuelve a acariciar un conjunto celeste metido en puestos europeos. Manuel Sánchez Murias (Gijón, 27-1-1976) también conoció en Vigo al Berizzo futbolista, el técnico con el que compartió proyectos de futuro en el mundo de los banquillos y que este sábado intentará poner las cosas difíciles a los guajes de Abelardo en su visita a Balaídos.
-Usted conoce bien al Celta y a Berizzo.
-Con Eduardo coincidí al poco tiempo de llegar a Vigo. Él creo que se incorporó en el mercado de invierno. Después me fui cedido en varias etapas, pero mi último año en el club estuvimos juntos. Como futbolista, era un jugador de prestigio, internacional con Argentina. Un defensa con recursos y calidad. En lo personal, un tipo muy interesante, cercano, al que siempre le gustaba hablar de fútbol.
-¿Se le veía madera de entrenador?
-Sí. Era un líder y tenía capacidad para analizar el fútbol. Tuvo la inquietud no sólo de desempeñar su papel, también de fijarse en cuestiones que afectan al rendimiento y al juego. Era una mente inquieta y abierta, condicionantes que ya hacían pensar en aptitudes para ser entrenador.
-¿Le comentaba ya la influencia de Bielsa en su carrera?
-Hablaba mucho de él, al igual que lo hacían otros compañeros argentinos. En aquel momento, no era un técnico tan conocido como actualmente. Sin embargo, ellos siempre lo trataban como un referente, siempre les llamó la atención. Solíamos mantener conversaciones sobre él, sobre sus métodos.
-¿Qué destacaría del Celta que ha construido?
-La continuidad que le ha dado al proyecto iniciado por Paco Herrera y Luis Enrique. Una idea de buen fútbol en la que, cada año, podemos ver que van dando un paso más.
-¿Hay alguna similitud entre el Celta que ustedes vivieron y el actual?
-Sí que hay similitudes. Se mantiene ese estilo con cierto apego al buen trato de balón que desarrolló Víctor Fernández con futbolistas como Mostovoi, Gustavo López, Djorovic y compañía. Berizzo también ha querido apostar por esa idea, por tenerla bien definida.
-¿Puede servir el club celeste, que ha tenido que reinventarse para resurgir tras el último descenso, como referencia para el Sporting?
-El Celta está haciendo muy bien las cosas. El Sporting, por su parte, tiene sus bazas, y se están sentando unas bases de crecimiento. Hay que confiar, porque el futuro es esperanzador y creo que va a ser muy bueno. Va a dar sus frutos, estoy seguro.
-¿Tocará sufrir mucho este año?
-Al Celta también le tocó sufrir en su momento. La Primera División es de una exigencia máxima, y hay que estar preparado para ello. El Sporting, lo está.
-¿Qué recuerdos mantiene de su etapa en Vigo?
-Fue el primer equipo al que llegué tras salir del Sporting y le guardo mucho cariño. Era, además, un conjunto de prestigio y llamativo, en torno al que se respiraba ilusión, no sólo en la ciudad, también a nivel nacional.
-¿Le queda la espinita de haber tenido más protagonismo?
-Tuve la experiencia de viajar por Europa, disputar la UEFA, de abrirme un camino. Me impactó la dinámica que había en cada entrenamiento, la calidad con la que me encontré en aquel equipo. Lamentablemente, ese camino no pudo tener una continuidad por las lesiones. Siempre te queda ese amargor, pero forma parte del fútbol.
