"Me siento bien cuando vengo". Ricardo Néstor Rezza Pérez (Buenos Aires, Argentina, 4-7-48) ha vuelto a casa. Jugó en el Sporting durante dos temporadas (en el gran Sporting), dirigió al filial y al primer equipo en etapas diferentes. No extraña que su presencia levante revuelo en la escuela de fútbol. "El Sporting tiene buena pinta, con el entrenador y con jugadores de la casa. Ha tomado un camino bueno", espeta reforzando el discurso del club e insiste en que "es clave que el Sporting mire siempre hacia Mareo". Ricardo Rezza tiene horizontes amplios y sostiene que "los clubes que no se abastacen de jugadores de su formación son difíciles de mantener".

Rezza pasa unos días en Gijón y el viernes compartió mesa con su amigo Quini y fue inevitable la nostalgia de aquel equipo en el que "teníamos siete internacionales españos y tres argentinos, aquel Sporting no envidiaba a nadie". Son tiempos que costará que vuelvan. "Ahora es muy difícil", expone Rezza que sigue al Sporting por televisión.

El técnico cerró otra etapa de su carrera. Pasó tres años en el modesto Temperley, ganó dos categorías y lo mantuvo en Primera. Ahora quiere ejercer de director deportivo y apreovechar sus "buenas relaciones".