El presidente del Real Madrid y el poderoso empresario, la misma persona, de nombre Florentino Pérez, vivió ayer un viernes negro: la Federación echa a su equipo de la Copa del Rey por la alineación de Cheryshev junior, el senior jugó en el Sporting, y la cotización de las acciones de la empresa sufre una fuerte bajada por la acusación de un analista de que las cuentas no están claras. Florentino Pérez ha anunciado recursos a la sanción y a la acusación. Va a demandar al acusador y va a apelar al comité superior para que el Real Madrid pueda seguir en la Copa y borrar así el bochorno que está viviendo el club desde la noche del miércoles.
Sin embargo, como dice el tópico, el fútbol da una oportunidad cada tres días. A las cuatro de la tarde de hoy el Real Madrid abre la jornada con el Getafe en el Bernabéu. Volverán las vueltas alrededor del juego del equipo, el papel de Bale, el de Cristiano, los cambios de Benítez y los gritos de la grada de animación. Y a ver cuál es el resultado final porque si es adverso para los intereses blancos, la crisis se agrandará sin ninguna duda. Abrir la jornada en los tiempos que corren es un riesgo calculado que hoy va a correr el Real Madrid del cuestionado Benítez. Tan cuestionado que algunos malvados apuntan que Cheryshev sabía que estaba sancionado, pero que no comunicó nada al club para dejar en ridículo al entrenador porque apenas cuenta con él. Demasiada maldad.
Claro que los problemas blancos o los azulgranas o los naranjas quedan muy lejos de los grandes territorios rojiblancos, donde la preocupación se centra en el partido de mañana ante la UD Las Palmas, que tuvo a Juan Carlos Valerón como gran estrella en el partido de Copa ante la Real Sociedad. Valerón apenas juega en Liga, pero aún mantiene la esencia de su mejor fútbol. En Gijón aún se recuerda algún final de partido reciente en el que mostró su enorme calidad. No parece que vaya a jugar mañana, pero a saber cuáles son los planes de Quique Setién.
El gran timonel dice, y dice bien, que el partido es importante, pero no una final. Puede que sea cierto, pero está claro que el equipo tiene que ganar. Por necesidad de puntos y porque viene de perder cuatro partidos consecutivos, tres de Liga y uno de Copa, algo a lo que no está acostumbrado. Ni el equipo ni la afición, que tienen fresca en la memoria la temporada pasada. Claro que todos tienen claro que la Primera nada tiene que ver con la Segunda, como no se cansa de repetir el entrenador. El Sporting se juega el bigote que no tiene, porque no se lleva, ante el conjunto canario, que es de los pocos que han cambiado de entrenador en una apuesta por Quique Setién, que parece el técnico adecuado para los gustos futbolísticos de Gran Canaria, la isla de la Macaronesia que acoge a la UD.
Partido de altos vuelos el de mañana en el Anfield del Piles, aunque lo jueguen dos equipos situados en la zona baja de la tabla. Ambos han jugado partidos de mucho peso y van a jugar otro de las mismas características. En vísperas así no queda más remedio que mantener las buenas costumbres; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿qué jugador del Sporting está siendo seguido con lupa por sus propios compañeros dentro y fuera del campo no sea que se equivoque de camino?
