Familiares, amigos y todo el fútbol asturiano dieron ayer su último adiós en Gijón a Juan Francisco Vior Iglesias. La iglesia parroquial de San Nicolás de Bari se quedó pequeña para acoger el funeral del joven árbitro gijonés, fallecido en Logroño, el pasado 27 de enero, a los 32 años, víctima de un fallo cardiaco cuando se encontraba en el aparcamiento del hospital en el que su mujer estaba ingresada para dar a luz al primero de los hijos de la pareja, José Luis. Representantes del mundo del arbitraje y de la Federación Asturiana, encabezados por su presidente, Maximino Martínez, miembros del colegio de las Dominicas de Gijón, centro en el que cursó sus estudios, y todo el barrio de El Coto, en el que se crió, arroparon, entre otros, a una familia rota por el dolor ante la repentina pérdida de Fran, como era conocido por su círculo más cercano.

María Isabel Iglesias, madre de Juan Francisco Vior, centró durante el funeral oficiado por Fernando Fueyo los innumerables gestos de cariño dedicados a su hijo, que en los últimos años residía en la localidad de Casalarreina, La Rioja, donde había sido destinado para desarrollar su labor como Guardia Civil. Allí también comenzó su relación con su mujer, Ixone Gardoqui. Los Vior Iglesias afrontan otro duro golpe tras el trágico fallecimiento del cabeza de familia, José Luis, padre de Juan Francisco y barrenista fallecido en 1997 víctima de un accidente en Mina La Camocha.

La fatal noticia ha dejado consternadas a las personas que le vieron crecer como persona y como árbitro. Actividad, esta última, en la que llegó a pitar en Tercera tanto en Asturias como en La Rioja. El funeral celebrado en Gijón sucede al realizado en la capital riojana y también en Casalarreina, donde el recuerdo dejado por Fran permanecerá imborrable.