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Fútbol | Primera División

Enfrentados por un sueño

Abelardo y Luis Enrique protagonizan en El Molinón su primer duelo como entrenadores en un partido clave para acercarse a sus objetivos - El Pitu y Lucho, amigos y compañeros desde que empezaron a jugar al fútbol con 7 años, han renovado la ambición de Sporting y Barça

Enfrentados por un sueño

Todo comenzó hace 39 años, en el patio del colegio San Miguel. Abelardo hizo migas con un nuevo compañero de equipo, un crío llamado Luis Enrique, que venía del Elisburu para reforzar al Xeitosa, conjunto que disputaba sus partidos en el centro educativo gijonés. Así se inicia la historia de dos amigos a los que el fútbol hizo inseparables. Tanto por las calles del Polígono de Pumarín, decorado de su infancia, como en los vestuarios de La Braña, Sporting, Barcelona y selección española, escenarios de su escalada al éxito como futbolistas. El Molinón, campo que les vio estrenarse en Primera División en 1989, les volverá a reunir pasado mañana, con la excusa de disputar un nuevo partido. Será el primero que les enfrente desde que iniciaran su carrera en los banquillos. El Pitu, con el objetivo de obrar un nuevo milagro salvando al Sporting. Lucho, con el reto de volver a hacer al Barcelona campeón de lo que se ponga por delante.

Carácter y ambición son dos de las máximas de Abelardo y Luis Enrique, en el fútbol y en la vida. El juego del Sporting y el Barcelona es una consecuencia de ello. El técnico rojblanco reanimó a un club y una ciudad que hace año y medio firmaba mantener a su equipo en Segunda División. La ilusión pudo con los impagos, Mareo sustituyó a los fichajes que nunca llegaron por la sanción impuesta a la entidad. El Pitu hizo posible un ascenso con números históricos, y decidió ir a más. El gijonés asumió el pasado verano el desafío de mantener al equipo en la máxima categoría. Tiró de ingenio para sortear, de nuevo, la ausencia de refuerzos, y ha cruzado el ecuador de la temporada fuera de los puestos de descenso. Todo con un fútbol que nace desde la solvencia defensiva, pasa por una innegociable intensidad, y continúa con un constante desafío al más difícil todavía, capaz de dejar al Madrid en blanco en El Molinón.

Luis Enrique abrió su etapa al frente del Barcelona casi al mismo tiempo que la de Abelardo en Gijón. Lo hizo con una fuente de recursos que no resisten comparación, pero con una tarea igualmente compleja. Reactivó a un equipo, en este caso, saciado de títulos y salpicado por la melancolía de la memorable era Guardiola. Aprovechó la herencia y creo su estilo. Recuperó al mejor Messi, hizo posible la mezcla entre el astro argentino, Neymar y Luis Suárez y, además de buen juego, puso al equipo a sudar. Campeón de Liga, Copa, Liga de Campeones, Supercopa de Europa y Mundialito de clubes, va camino de mantener la línea.

"Los dos tienen una marcada personalidad, pero son diferentes", comentan quienes les conocen. El Pitu -apodo con el que el propio Luis Enrique bautizó a Abelardo, al que llamaba pitufo por su menuda complexión antes de que en juveniles pegara el estirón hasta su 1,80 de estatura- siempre fue el responsable. Lucho, el de la picardía. Quizá por ello siempre se entendieron. Sus diferentes puntos de vista les ha llevó a formar equipo en cada de paso de su vida. Fueron juntos del Xeitosa a las categorías inferiores rojiblancas, dejaron Mareo para curtirse en La Braña, y regresaron al Sporting (Abelardo, con paso intermedio en el Estudiantes) para debutar en Primera y participar en la última clasificación rojiblanca para la disputada de competición europea.

Luis Enrique siguió entonces su carrera en Madrid, Abelardo, en Barcelona, donde ambos habían conquistado el oro Olímpico, en 1992. La Ciudad Condal, su segunda casa, volvió a unir sus fuerzas para defender la camiseta azulgrana. Como entrenadores, también han continuado apoyándose, aunque fuera desde la distancia. La llegada de Halilovic a Gijón, cedido por el Barça, es uno de los últimos ejemplos de esta complicidad. El Molinón espera un duelo de banquillos para el que las entradas se agotaron hace semanas. Un choque aplazado en la decimosexta jornada que además pondrá a los dos equipos al día. Abelardo intentará dejar los puntos en casa para abrir brecha con el descenso. Luis Enrique, hacer más líder al Barça. Dos amigos enfrentados, ahora, por un sueño.

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