"Estoy contento por el debut, pero lo más importante no fue eso, sino lo que podía hacer el equipo". Igor Lichnovsky es hombre de pocas palabras, pero bien dichas. Ni siquiera la euforia por su estimable debut en un complicado estreno ante el Barcelona evita que mida cada palabra. Lichnovsky dejó una gran carta de presentación y recibió por ello multitud de felicitaciones, incluida la de su compatriota, el portero azulgrana Claudio Bravo, capitán de la selección chilena en la que ambos han coincidido. "Es el capitán de mi selección y al final del partido estuvimos compartiendo un rato. La relación es muy buena y me llevé su camiseta", explica con naturalidad el rojiblanco que desvela parte de la conversación: "Me dijo que ve al equipo bien y que hicimos un buen gol".

Lichnovsky llega con el discurso bien aprendido. "Me sentí cómodo sobre el césped y también con Meré, con el que llevo ya cuatro semanas entrenando, igual que con Luis", argumenta. Con la misma seguridad, le traslada a Abelardo la pregunta que se le plantea sobre si su buena actuación le dará un mayor protagonismo en Liga. "No es una pregunta que deba responder yo. Todos los jugadores del plantel están preparados para cuando les toque, como quedó demostrado ante el Barcelona". El chileno reivindica la profundidad del banquillo rojiblanco y la buena actuación de los secundarios ante "los mejores del mundo".

Lichnovsky ya había asistido desde la grada a algún partido en El Molinón y el miércoles pudo sentirlo desde el césped. "Entre los compañeros habíamos hablado de que nosotros teníamos que ser los primeros que teníamos que hacer que la gente se sintiera identificada con nosotros y creo que cumplimos", argumenta.

A pesar de los elogios que dedica a la calidad de los azulgranas, el defensa chileno hace un doble análisis del encuentro que introduce algunos matices muy interesantes: "Si hablamos de victoria y derrota, creo que nadie salió contento porque no sacamos un resultado positivo. Ahora, si hablamos de cómo afrontamos un partido que era difícil, pienso que sí salimos conformes porque hubo actitud, nadie se escondió, nadie tuvo miedo y fuimos un equipo".

Lichnovsky lleva ya algunas semanas en el Sporting y en la ciudad, dos ámbitos en las que parece ya plenamente integrado. "Me siento superbién, me siento muy a gusto, me siento parte del equipo y eso es muy importante para uno como futbolista porque te llena de confianza", explica. El defensa chileno cedido al Sporting por el Oporto ha demostrado ser algo más que un buen relleno. Es un jugador interesante, al que Abelardo tendrá en cuenta.