El estilo es una fuente continua de debates. Como siempre, los grandes se sitúan en los extremos, pero al final el gusto es una cuestión subjetiva. Lo que está fuera de toda discusión es que no hay una relación directa entre el juego combinativo y el carácter ofensivo de un equipo. Por supuesto, nadie le discute al Barcelona su vocación goleadora (67 tantos en 25 partidos), sin embargo el Madrid ha marcado más (71) con menos pases.

El mejor ejemplo de la falta de relación entre el estilo y la eficacia es el Éibar. El conjunto armero es el más goleador de los mortales (40), el primero tras los dos trasatlánticos, pese a ser el penúltimo en el ránking de los pases. El propio Sporting es un buen ejemplo. El equipo con menor juego combinativo es el 13.º más goleador, es decir, marca más goles que siete de sus rivales. El caso contrario es el de Las Palmas. Los canarios son el tercer equipo que más pases realiza, pero sólo marca más goles que cuatro equipos.

El Sporting es un equipo temido por la rapidez de sus atacantes y la velocidad de sus transiciones. La elaboración no es su punto fuerte, especialmente desde que Nacho Cases se ha caído de las alineaciones. Abelardo, nunca lo escondió, ha hecho su bandera de la solidez y el carácter competitivo de un equipo que, cuando no puede ganar, intenta no perder.