Los últimos cuatro goles del Sporting llevan la misma firma, la de Carlos Castro. El mierense se ha convertido en el primer futbolista rojiblanco capaz de marcar en tres jornadas consecutivas. Un indicativo del extraordinario momento del delantero rojiblanco. Lo suyo siempre ha sido apurar al máximo sus regresos. Lo hizo la pasada campaña, erigiéndose como el segundo máximo realizador del equipo tras ejercer como el recambio de Guerrero, y lo ha vuelto a hacer ahora, siendo el atacante menos utilizado, pero secundando en la tabla de artilleros a Sanabria, con seis dianas.

"Estoy contento en lo personal, pero fastidiado porque lo importante es el grupo, y no hemos conseguido la victoria en un partido importante como el del Espanyol", reconoce Castro. Y es que su gran racha sólo ha servido para sumar un punto, el de la gran galopada que protagonizó en el Villamarín para adelantar al equipo, pero neutralizado poco después por el Betis. Ni el tanto ante el Barça, ni los dos anotados el pasado domingo, ante el Espanyol, tuvieron premio.

Castro ha acabado de rebelarse tras pasar por una situación delicada durante el pasado mes de diciembre. El de Ujo trasladó al club su intención de salir en el mercado de invierno al valorar que había contado con menos minutos de los que, en principio, esperaba tener esta campaña. A todo ello se unía el malestar con Abelardo, que públicamente señaló que debía mejorar en el trabajo diario y mostrar una actitud más competitiva. El Pitu, que ya ha puntualizado que sus palabras nacían con el objetivo de picar al futbolista, se ha visto respondido con goles.

El mismo entrenador rojiblanco tiene a Castro como uno de los futbolistas de mayor proyección de la plantilla. Internacional sub-21 gracias a su gran año en la campaña del ascenso, el mierense aspira ahora a consolidarse en un ataque compartido con Sanabria durante la pasada jornada. Un detalle que se dio por primera vez, de inicio, esta campaña. El entrenador rojiblanco explicó tras el encuentro que el objetivo era el de atar a los dos centrales, forzar que el pivote defensivo retrasa su posición, y alimentar así el juego por bandas. Resta ahora por comprobar si el esquema seguirá siendo el mismo durante la visita al Granada, en otro partido clave para la permanencia. Sea como sea, lo que está claro es que Castro siempre está de vuelta.