Apenas horas después de dirigir el Granada-Sporting, Estrada Fernández espera sonriente el embarque del vuelo que le llevará de vuelta a Barcelona. El catalán se muestra relajado y tranquilo, a ratos hasta ríe con ganas, mientras comenta un periódico deportivo con su acompañante. También consulta en su móvil las reacciones que ha provocado su actuación. "Ése es del Sporting y tiene que decir eso", llega a decir sobre algún periodista.