La imagen del pequeño Álex recitando sin temor a equivocarse (es impecable) la plantilla del Sporting y sus dorsales, recibió ayer un premio muy especial. El niño es un encanto y todo el mundo se derrite al ver cómo pronuncia los nombres de Lichnovsky o Bernardo (con muchas erres bien marcadas). La plantilla del Sporting no es ajena a la ilusión de un niño pequeño, de un gran sportinguista.

El club logró localizar a Álex, supo que era alumno del colegio público Severo Ochoa y, con la complicidad de padres y profesores, organizaron una sorpresa muy especial. Pichu Cuéllar, Alberto Lora y Álex Menéndez disfrutaron como niños de su visita a la clase de Álex. Los futbolistas llamaron a la puerta y se presentaron como los profesores sustitutos, pero no lograron despistar a los pequeños. La imagen de sus caras de admiración y sorpresa al ver de cerca a sus ídolos es impagable. Álex fue el gran protagonista de una jornada especial para él, para sus compañeros y para los propios futbolistas, que mostraron su lado humano riéndose con ganas de los pequeños. Hasta le tendieron una pequeña broma al joven sportinguista cuando le preguntaron quién llevaba el número 12. Álex los miró sorprendidos y sin titubear dijo que nadie, provocando las risas generalizadas por su acierto. Aunque no participó de esta visita, Lichnovsky fue el gran protagonista por la gracia con la que el niño pronuncia su apellido. Álex sorprendió a todos con un impecable Vranjes.

Tras las bromas, los futbolistas repartieron regalos a todos los niños y no faltó la gran foto de familia. Casi cuesta encontrar a los futbolistas, cargados con varios en su cuello. No fue fácil bajar a Álex del brazo de Cuéllar, quien parecía encantado cargando con el chiquillo. La cosa se calentó cuando alguien comenzó a animar al Sporting y los pequeños mostraron toda su emoción y remataron con un gran aplauso. Sólo unos minutos después de que el club hiciera público el vídeo, de la factoría de Fermín Illobre, siempre sensible a las emociones, recibió el reconocimiento unánime del sportinguismo. De nuevo son los más pequeños los que dan una lección y arrancan una sonrisa a sus mayores en una semana más que dura.