Si como decía Luis Aragonés, la Liga se decide en los últimos diez partidos, el Sporting aún está a tiempo de amarrarse los machos. Cuéllar tasa la permanencia en cinco victorias en las diez jornadas que faltan de Liga. Parece improbable a la vista de la trayectoria reciente del equipo, que se ha parado justo antes de la recta de meta. El Sporting no gana un partido desde que lo hizo en Mestalla el pasado 31 de enero. Desde entonces ha jugado seis encuentros, en los que sólo ha sido capaz de sumar tres empates ante Deportivo, Betis y Rayo. La última semana ha sido trágica para los rojiblancos que no han sido capaces de puntuar en los tres partidos que han disputado. La derrota de ayer ante el Athletic entraba dentro de lo asumible, aunque se espera un poco más de resistencia. Los tropiezos ante Espanyol y Granada fueron más dolorosos.

Lo mejor para el Sporting en este fin de semana fueron los resultados de algunos rivales directos. El Sporting a dos puntos de la permanencia, aunque puede situarse a tres si el Rayo puntúa esta noche ante el Espanyol en Cornellá. Con treinta puntos por disputar, el equipo está a tiempo de alcanzar el objetivo. El problema son las sensaciones.

Al Sporting le está pudiendo la presión, el equipo ofrece muy poco, con planteamientos cada vez más conservadores a medida que hay más en juego. Son muchos los futbolistas que parecen lejos de su mejor versión. Otros, directamente no tienen un sustituto de su nivel cuando se caen de las alineaciones por algún motivo. La relación entre las ausencias de Sergio y las derrotas del equipo (ese dato que tan poco le gusta al avilesino) es ya escandalosa.

Como el más estudiante, el Sporting tiene que hacer en dos meses largos, el trabajo atrasado de todo el curso.

El Sporting tiene por delante un calendario mucho más duro en casa que fuera. Las tres próximas salidas le llevan a Málaga, al Ciudad de Valencia y a Las Palmas. A mediados de abril ya estarán claras las aspiraciones del equipo. La mejor noticia sería seguir en la pelea.