"Pero qué clase de rumba, pa pa, pa; la que cogí yo anoche, que que, que..." El estribillo del pegadizo tema de Farruko y J. Balvin, dos populares artistas de reguetón, música de moda y muy consumida en el vestuario del Sporting, suena atronador en la sala de "spinning" de Talasoponiente. Así comenzó ayer el entrenamiento del conjunto rojiblanco, a caballo entre las bicicletas estáticas sobre las que empezaron a sudar al intenso ritmo del hilo musical, y las aguas del centro termal gijonés, bálsamo para soltar los agarrotados músculos y aliado improvisado para recuperar fuerzas de cara al objetivo de la permanencia en una jornada que completó las salidas de Mareo programadas esta semana debido al parón liguero.

"Mete ahí caña", solicita Gerardo Ruiz. El preparador físico rojiblanco reta al responsable de las instalaciones de Talasoponiente mientras toma asiento en una bicicleta estática, junto a Iñaki Tejada y Abelardo. La elección del tema con el que se inicia esta sesión "aeróbica, para sudar un poco", parece complacer a los futbolistas, que responden con pedaleo enérgico, repartidos tras el cuerpo técnico, que encabeza el inmóvil pelotón. Los seis internacionales y el lesionado Bernardo son los únicos ausentes. Los veinticinco minutos de esfuerzo dan paso a una sesión de estiramientos en una sala habilitada con "rayos infrarrojos, que añaden temperatura, y mejoran los movimientos", puntualiza Gerardo.

La siguiente parada está en la pesa, mientras otros jugadores prueban las saunas de las instalaciones. El poderoso físico de los futbolistas rojiblancos llama la atención entre los usuarios de Talasoponiente, que sonríen de manera cómplice cuando se cruzan con los guajes de Abelardo. También hay comentarios hacia la cuidada figura del entrenador. "Perdí cinco kilos en el último mes", comenta el Pitu, que prescinde de la última fase del circuito, la localizada en las piscinas, la que completa una terapia marcada por el agua y el reguetón.