El Sporting no es un estudiante que lleve el temario al día. Los rojiblancos funcionan a impulsos y gustan de exploran los límites de la resistencia de una afición demasiado acostumbrada a sufrir. El Sporting desperdició ayer una ocasión propicia para salir de la zona de descenso, como lo hizo la semana anterior en el Ciudad de Valencia. El resultado del fin de semana no es el deseado, pero tampoco es definitivo. El Sporting está un punto más lejos de la permanencia (2, que son 3 por el golaverage), después del empate del Granada ante el Málaga en Los Cármenes (un partido con el que contaban los de Quique Pina en sus cuentas por la salvación) y tiene un partido para salir del pozo. A cambio los rojiblancos se han quitado de en medio la temible visita del Celta.

El problema es que el descenso se ha quedado ya como un cosa de cinco equipos, después de que Betis y Valencia hayan marcado distancias esta jornada. La buena noticia para los rojiblancos fue el paso atrás del Barcelona de Luis Enrique. Al Sporting le interesa que el título no esté decidido. El Granada visita el Calderón el próximo fin de semana, el Getafe recibe al Real Madrid y el Rayo se enfrentará a ambos en las próximas semanas. Es cierto que también el Sporting tiene que visitar el Camp Nou, pero la sorpresa se antojaba más que complicada en cualquier escenario.