Miguel Ángel Guerrero se convirtió en la gran sorpresa del once presentado por Abelardo en el Estadio Gran Canaria. El manchego reapareció en el once inicial ocho jornadas después, ya que el último partido en el que saltó desde el inicio fue durante el enfrentamiento ante el Rayo Vallecano, en El Molinón. Un encuentro en el que, además, marcó. No corrió la misma suerte en la visita a la Unión Deportiva Las Palmas. La apuesta de Abelardo para que formara pareja atacante con Sanabria terminó sin el premio más perseguido por un delantero, el del gol.

El Pitu explicó, al término del partido, la intención de que Sanabria y Guerrero compartieran la tarea de tratar de frenar, en la medida de lo posible, la salida del balón por medio de Roque Mesa. Abelardo pareció decidirse por Guerrero, un jugador de mayor esfuerzo en tareas defensivas, para intentar tapar al pivote canario, una de las revelaciones esta temporada y principal objetivo en labores de creación en el equipo dirigido por Quique Setién. Tras una primera parte en la que los rojiblancos no parecieron cogerle el tempo al partido, lo cierto es que tanto el propio entrenador gijonés, como el entrenador rival, coincidieron en destacar la dificultad con la que se encontró la Unión Deportiva para disfrutar de su juego habitual.

Guerrero, que termina contrato esta temporada, se encontró de pronto con una nueva ocasión de reivindicarse tras ocho jornadas fuera del once y después de haber contado con una participación residual en este tiempo. El de Borox, tras su citada titularidad ante el Rayo, sólo había tomado parte en el encuentro siguiente, ante el Betis. Lo hizo disputando los últimos diez minutos.

El que salió al rescate para hacer el gol que significó un punto y abrió la esperanza de que el Sporting pudiera remontar el tempranero gol de Bigas, fue Jony. El cangués protagonizó una galopada que pilló por sorpresa a la zaga canaria y culminó, con un zurdazo, su tercer tanto en la presente Liga. Fue también parte activa en que el equipo volviera a disfrutar de protagonismo en el área, junto a Halilovic. El croata tuvo en sus botas el segundo, poco después de dejar en bandeja a a Sanabria la más clara del partido, que el paraguayo quiso apurar en demasía.