La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Fondo Norte

La obligada presencia de los dos finalistas

El Molinón tiene que seguir siendo visitado por el Real Madrid y el Atlético, que se dejaron cuatro puntos

Resulta que ninguno de los dos finalistas de la Liga de Campeones, citados para el 28 en Milán, fue capaz de ganar en esta Liga en el Anfield del Piles. Es un dato para la responsabilidad del domingo y para la esperanza. Los cuatro puntos que el Sporting sumó ante los dos equipos madrileños saben a estas alturas a gloria bendita porque sin ellos estarían los rojiblancos bailando la misma melodía que el Levante. El Real Madrid abrió su periodo negro liguero con un empate sin goles y el Atlético de Madrid pagó su esfuerzo europeo con una derrota que ahora mismo le está costando el liderato. Todos los equipos lamentan los puntos perdidos en algún fin de semana liguero. El Sporting llora las derrotas ante Getafe, Levante y Espanyol, en una racha casera que más vale olvidar.

Ahora la cuestión, damas y caballeros, señoras y señores diputados, no es otra que ganar en Getafe pasado mañana a partir de las cinco de la tarde, que es horario clásico para el fútbol antes de que llegara el ordeno y mando, con razón, que para eso pagan, de las cadenas de televisión. Si las cuatro de la tarde, según Javier Tebas, es el horario premium no se explica por qué los partidos de esta jornada no comienzan a esa hora. Misterios futbolísticos.

El horario significa que a las siete de la tarde del domingo se podrán echar con todo lujo de detalles las cuentas reales de las posibilidades de permanencia rojiblancas. No hay más estudio que el que nazca de una victoria en el crucial partido de Getafe, que no se sabe si es el partido o no de la vida del Sporting. Dos finales de Copa del Rey, eliminatorias europeas y lucha por una Liga provocaron, sin duda, otros partidos de la larga vida del club. Pero parece claro que el próximo es siempre el partido más importante. Entre otras cosas, que no son menores, porque el equipo ha de recibir en la temporada próxima a los dos finalistas de la Liga de Campeones. Son dos citas, por no señalar otras, imprescindibles para la buena salud rojiblanca. El club no puede dejar pasar la oportunidad de dar una enorme alegría a esa afición que arropa de forma ejemplar al equipo, ni perder los buenos días financieros de una Liga Profesional que promete suculentos ingresos por los derechos de televisión, alejados aún de los ingleses, pero en apreciable fase de crecimiento que viene de maravilla para la consolidación de una entidad, la rojiblanca, que llega desde la ruina.

Los dos finalistas de la Liga de Campeones han de volver al Anfield del Piles en la Liga que va a comenzar el 21 de agosto, fecha que está más cercana de lo que parece. El objetivo está en Getafe, y el gran timonel ha hecho bien en llevar el entrenamiento de ayer al estadio donde los jugadores pudieron sentir de nuevo el cariño del mundo rojiblanco. Por fortuna, esa manía de cerrar los entrenamiento a aficionados y medios de comunicación no ha arraigado en el Sporting. Ni que en cada sesión se realizaran pruebas nucleares no aptas para la visión popular. Por lo demás, las buenas costumbres han de mantenerse; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿el mal partido del City en Madrid merece el insulto que un conocido motociclista ha lanzado al entrenador Pellegrini? Hay cosas inexplicables.

Compartir el artículo

stats