Cero a uno y uno a cero, son los dos resultados que el Sporting precisa para continuar en Primera División. Dos resultados bien sencillos, dos goles a favor y cero en contra, en ciento ochenta minutos, necesarios para no tener que echar cuentas, ni acudir a videntes ni a sucesores del Mago Karag, aquel caballero que pronosticaba con cierto éxito anual el final de cada Liga. Eran otros tiempos.
Los tiempos actuales de los dos próximos domingos exigen esas dos victorias por la mínima a un Sporting, que, en efecto, en palabras de su gran timonel, ha sabido competir desde el primer minuto al último. En esa capacidad competitiva se basan las esperanzas de lograr el éxito mañana en Getafe, el partido de la verdad, porque con una victoria en el Coliseum, otra ante el Villarreal en el Anfield del Piles ya parece más llevadera.
El Villarreal del gran Marcelino no pudo con el Anfield verdadero y volvía a quedarse a las puertas de una final europea. Los amarillos del Levante español se merecen una final porque siempre están a las puertas de ella. No pudieron con un Liverpool enrabietado, cuyo entrenador, cierto es, se apunta a la verbena triunfal con más facilidad de la debida. El espectáculo del final del partido molestó, y con razón, porque aquellos momentos son para los jugadores. El jalear a las gradas no le queda bien a un entrenador. Ni Simeone, ni Zidane, ni Unai Emery acudieron al centro del terreno a dirigir a una supuesta orquesta popular. Tiene razón Marcelino, cuyo equipo ha completado una temporada de ensueño: cuarto en la Liga, billete para la Liga de Campeones, y semifinalista de la Europa League. ¿Dónde hay que firmar? Pues eso, damas y caballeros, señoras y señores diputados.
Quedan días para la llegada del admirable Villarreal a Gijón. Queda el trago el trago de Getafe, donde el mundo rojiblanco vive, salvando todas las distancias, una situación similar a la que van a vivir los seguidores madrileños que lloran por una entrada para la final de Milán. La UEFA acapara las entradas en una maniobra que nadie explicará porque es inexplicable. Tantos patrocinadores no tendrá la competición.
La penúltima llamada a la gesta del gran timonel estuvo al mediodía de ayer cargada de optimismo y de reconocimiento a la plantilla rojiblanca y a la afición. La penúltima llamada coincidió con la triste noticia del fallecimiento de José Fernández, "El Negro", uno de los ojeadores históricos del fútbol gijonés y del Sporting. No parece que en los actuales tiempos haya sitio para técnicos tan entregados y capaces, conocedores de cada esquina de cada campo y de cada virtud y cada defecto de los futbolistas que empiezan. Un buen trozo de la historia interna del Sporting pertenece a El Negro, que se ha ido en vísperas cruciales para su club. Descanse en paz.
Ya tienen los jugadores rojiblancos un motivo más para ganar en Getafe, el homenaje a un hombre que ayudó a hacer más grande al club. Los motivos para ganar son tan amplios y variados que no merece la pena detallarlos porque sin duda los profesionales son los primeros en saber lo mucho que está en juego.
