Más de 5.000 personas se extendieron como una marea rojiblanca sobre la grada del Coliseum Alfonso Pérez. Que Ángel Torres decidiese remitir poco más de 1.000 entradas a Gijón no fue un impedimento para que la afición rojiblanca se volcase con los suyos. Y aunque eran alguno menos en número que la afición local, en voz y en ánimo llevaron el peso del partido. Con gritos de "Gijón, vamos a ganar", "Sí se puede" y "Sporting, Sporting" empujaron a los guajes hasta el final. Y aunque el empate hace que la permanencia dependa de que el Betis puntúe la próxima semana ante el Getafe, la primera sensación agria de La Mareona se fue transformando a medida que pasaban los minutos en una sentimiento algo más dulce con el sueño de que los hermanos béticos echarán un cable y que ante el Villarreal llegará la permanencia.

La Mareona se repartió por las cuatro gradas del campo de Getafe. La zona que más aficionados congregó fue el fondo oeste, donde se dejaba ver un mosaico de chubasqueros y camisetas rojiblancas agrupadas.