Ser del Sporting es un deporte de riesgo. El corazón se pone a prueba en cada final de Liga y no hay pulsómetro que los resista. Los guajes de Abelardo agrandan su leyenda con un partido épico, disputado a pecho descubierto por dos equipos que se jugaban la vida y que quedan heridos de consideración. El vencedor de la tarde fue el Granada que abrió la puerta grande. Rayo, Getafe y Sporting se citan para la batalla final. Como hace un año en Sevilla, los guajes necesitan ganar y que no lo haga el Getafe. Es la importancia de una falta que no se debió conceder y que se defendió mal. El gol de Scepovic, que tantas alegrías había dado al sportinguismo, es un puñal de la propia madera que se clava en el alma de una afición que se merece el cielo.

No se puede pedir más a este equipo, que ayer fue tratado de nuevo con severidad por Álvarez Izquierdo. El catalán miró para otro lado cuando Lacen, como último hombre, derribó a Isma López, que se iba directo a por Guaita. Para que no le discutieran la expulsión, dejó sin señalar la falta. Trucos de árbitro veterano, que reaparecía ayer después de que le quitaran del Getafe-Real Madrid por no superar las pruebas físicas. Luego, en cambio, no le tembló el pulso para marcarle el camino de los vestuarios a Nacho Cases, al que le mostró la segunda amarilla y la roja a velocidad de ráfaga de ametralladora. Cases arriesgó demasiado en una jugada innecesaria y el castigo lo sufrió el equipo.

[if IE 9]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie9.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 8]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie8.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 7]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie7.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif]

El segundo tiempo completado ayer por el Sporting define a un equipo vivo. "Aquí no se rinde ni Dios", reza uno de los lemas adoptados por el sportinguismo en las últimas semanas. Menos que nadie estos futbolistas que ayer buscaron la victoria en una situación en la que hubiera sido muy fácil rendirse. No lo hicieron y salen del Coliseum Alfonso Pérez dispuestos a agotar sus opciones de permanencia, que no son ni muchas ni pocas. El Sporting, que había sufrido en la segunda mitad, se vino arriba tras el descanso, cuando vio de cara a sus aficionados que ocupaban casi un tercio del campo.

El gol de Sergio destapó a un equipo nuevo. Marcó el avilesino un gol extraño y difícil. Fue tras un saque de banda de Luis Hernández. El balón quedó suelto y Carmona se lo acomodaba. Sergio voló en un escorzo acrobático, conectó una volea y mandó el balón a la red. El Coliseum explotó a muchos decibelios y el grito enrabietado de cinco mil gargantas retumbó al otro lado del túnel del Negrón.

Ni la expulsión, ni el gol de Scepovic arrugaron a este equipo, que siguió buscando su suerte hasta el pitido final. El partido se acabó en el área del Getafe, porque los valientes caen de pie. Y a estos guajes, a valientes no los gana nadie.

[if IE 9]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie9.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 8]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie8.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 7]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie7.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif]