La fiesta también se vivió en los aledaños de El Molinón por cientos de aficionados que no lograron acceder al estadio. Los nervios se sintieron desde el pitido inicial y las televisiones del exterior permitieron respirar con tranquilidad antes de la explosión, fuegos artificiales incluidos, que supuso la conclusión del partido. Poco a poco iban saliendo del campo muchos sportinguistas que llorando, cantando y gritando festejaban en los bares de alrededor que el Sporting es de Primera.

"Te quiero Sporting", "Sí se pudo", "Porque este año seguimos en Primera y pobre del que quiera robarnos la ilusión". Las canciones y proclamas más tradicionales del sportinguismo sonaron ayer por voz de peñistas y aficionados al término del partido. "Estamos a tope, esto es demasiado, ya no puedo más. Sufrimos y estamos aquí luchando con todo y peleando por la permanencia. Estos guajes se merecen el cielo y la tierra", señaló Pablo Blanco Menéndez, de la peña Sentimiento Rojiblanco, mazo en mano antes de ponerse junto a sus colegas a darle al bombo. "Te quiero Sporting, lo, lo, lo". Los cánticos los interrumpía el presidente de la peña, Joaquín Rodríguez. "No os fiabais de mis amuletos, de mis velas negras, no hacíais caso y al final vinísteis llorando en el autobús de Getafe y yo os dije que se podía. ¿Veis como sí se pudo?", jaleó.

Corría la cerveza, el calimocho y la sidra. La ocasión lo merecía y nadie dudó en brindar por el logro del guajes. Dos jóvenes aficionadas, Celia y Sonia, lo tenían claro. "Esto es lo máximo, es una emoción que vivimos desde pequeñas". Igual que Samuel. "Satisfechos no, lo siguiente. ¿Sufrimos? no, lo siguiente. Mañana no trabajo así que hoy fiesta, mucha fiesta",