Para un equipo modesto como el Sporting, nunca es fácil asentarse en la élite. Una empresa compleja en la que han fracasado montones de proyectos con más recursos que el de este equipo de guajes al que se le han multiplicado los obstáculos a superar. El mero hecho de llegar a la última jornada con aspiraciones razonables de conseguir la permanencia es un éxito en toda regla. Si lo consigue se alimentará la leyenda del equipo de los guajes y de cómo Abelardo convirtió a este grupo en un bloque sólido, un equipo serio y alegre, capaz de plantarle cara a gigantes de los que le separa un abismo económico. Sin experiencia, sin fichajes, sin apenas capacidad económica y acuciado por la presión de las deudas arrastradas de una gestión que no ha estado a la altura del equipo durante años, el triunfo de los guajes lanza un mensaje hermoso, de esperanza, en un fútbol mercantilizado que ha perdido el romanticismo.

01El líder del grupo es Abelardo

El hombre que ha liderado el proyecto más endeble de los últimos años, junto con aquel con el que Ciriaco Cano logró una permanencia milagrosa en la temporada 2005-06. El Pitu consiguió llevar a estos guajes a los 82 puntos en una temporada de récord, en la que sólo dos veces hincaron la rodilla. Abelardo llevó al equipo a la élite y lo hizo competitivo. Los guajes se crecieron, empataron con el Real Madrid y se impusieron a Atlético y Sevilla, por citar alguno de sus grandes logros. La temporada ha sido dura, de mucho desgaste, el propio Abelardo reconoció su cansancio hace semanas. El análisis de las claves del curso lo deja claro.

02El ascenso salva al club

El proyecto de primera se inicia tomando consciencia de la gravedad de la situación económica en que se encontraba el club. Un ascenso siempre es una alegría financiera para cualquier club, pero cuando el agua llega al cuello es una gran bocanada de oxígeno. El Sporting, además, dio el salto a Primera en el momento más oportuno, justo cuando se aprobó el Real Decreto Ley llamado a corregir, hasta cierto punto, la desproporción existente en el reparto de los derechos televisivos. Con el ascenso, el Sporting dejó atrás un año agónico, en el que los empleados llegaron a acumular un retraso en el cobro de seis nóminas, los jugadores, también y el club se sometió a un proceso de exposición y venta digno del más selecto de los mercadillos. Llegó el ascenso, el dinero de las televisiones y el sportinguismo soñó con una vida mejor.

03Otra verano sin fichar

La consecuencia de las penurias de la temporada pasada fue que la plantilla se vio obligada a denunciar ante la AFE (a principio de 2016) un impago que rondaba los 500.000 euros. La Liga de Fútbol Profesional, a través de su Comité de Control Económico, volvió a medir al Sporting con la máxima severidad. La patronal sancionó al club donde más le dolía. Por segundo año consecutivo, el Sporting no podría inscribir futbolistas nuevos. El club se enteró por unas declaraciones de Javier Tebas en un programa de radio nocturno. El consejo asumió la sanción y puso la otra mejilla a cambio de conseguir algunas prebendas (pocas, mal concretadas y muy restrictivas) por las que coló a Mascarell, Halilovic y Sanabria (todos a coste cero). Tres guajes más para un proyecto imberbe. Tampoco en diciembre se pudo mejorar la plantilla. Vranjes y Lichnovsky se colaron por otras rendijas.

04Un presupuesto restrictivo

Más allá de las sanciones impuestas por la Liga, el club seguía luchando por su supervivencia. Javier Fernández y Ramón de Santiago lograron reconducir las relaciones con la Agencia Tributaria y atender la deuda con muchas dificultades. Las dificultas se multiplicaron con las sorpresas que aparecían cada vez que se abría un cajón o se levantaba una alfombra. El mejor ejemplo son los abusivos acuerdos con Doyen Sports. El consejo negoció dos nuevos préstamos avalados por el dinero de la televisión y el fondo de compensación al descenso. El club se puso al día con pagos a empleados, futbolistas y proveedores. El Sporting volvió a respirar sin presión en el pecho, pero con la consciencia de que un año más en Primera acercaría al club a la buena salud económica. A cambio, hubo que asumir un presupuesto restrictivo, también en la parcela deportiva. El gasto en la plantilla está por debajo aún del tope salarial marcado por la Liga.

05La renovación del Pitu

Al día siguiente de conseguir el ascenso, el consejo de administración, con Javier Fernández a la cabeza, comenzó a sentar las bases para la consolidación del proyecto. El primer movimiento era evidente incluso para un gestor novel. El Sporting renovó a Abelardo y su cuerpo técnico hasta junio de 2018 y le dio plenos poderes (dentro del escaso margen de maniobra de que disponía el club) para gestionar el vestuario y la confección de la plantilla.

06Llega Nico Rodríguez

El segundo movimiento de Javier Fernández tuvo más calado. El máximo accionista del club cumplió una vieja aspiración suya con la contratación de Nico Rodríguez como director deportivo. El fichaje trajo polémica desde el principio, a pesar de que Nico Rodríguez era un hombre bien valorado en Gijón. La noticia de su incorporación al Sporting se filtró con Las Palmas en plena pelea por regresar a Primera en las eliminatorias por el ascenso. A los dos días de ser presentado Nico Rodríguez, se supo que el Sporting no podría fichar. Su gran reto fue el de unas renovaciones que siempre parecieron complicadas. Logró cerrar la de Isma López. Jony se ha comprometido con el Málaga, Luis Hernández parece que apunta al Leicester, flamante campeón de la Premier League, y Bernardo está a la espera de decidir su futuro. Su relación con Abelardo siempre ha estado en entredicho, después de alguna crítica pública del técnico. La gran aportación de Nico Rodríguez ha sido el programa de becas con el que ha garantizado la continuidad en el club de una generación que asoma cargada de talento.

07Una plantilla corta y sin experiencia

El verano pasó y Abelardo se vio ante el reto de mantener en Primera División a una plantilla corta y sin experiencia. Los jugadores de más talento, como Sanabria y Halilovic, eran un interrogante por su falta de experiencia en Primera División. El delantero paraguayo, además, llegaba a Gijón tras dos temporadas sin competir. También había expectación por ver cómo responderían los guajes a la exigencia de la máxima categoría. A la vuelta de la primera esquina, esperaba el Real Madrid. La euforia se desbordó al ver cómo los guajes plantaban cara a uno de los mejores equipos del mundo. Era sólo el principio, de una temporada que se hizo muy larga. Abelardo empezó el cursó con tres centrales, entre los que se cuentan un lateral derecho que se ha adaptado de forma excepcional a la nueva posición y un juvenil con un talento extraordinario; un solo lateral derecho y ningún especialista para el extremo derecho.

08La lesión de Bernardo

Abelardo nunca ha ocultado su predilección por Bernardo. En una entrevista concedida a este periódico en la que se preguntó a qué jugador blindaría si pudiera garantizar la continuidad de uno solo, Abelardo no dudó: a Bernardo. El Sporting se quedó sin su gran puntal defensivo en Villarreal, en el último partido de la primera vuelta. La cuesta de la permanencia se empinaba de forma evidente. El juvenil Jorge Meré tuvo que asumir una responsabilidad impropia de un futbolista en formación. Meré es un talento privilegiado que ha rendido de forma sobresaliente.

09Grandes aportaciones individuales

Aunque el Sporting siempre se ha comportado como un bloque unido. No se puede esconder que hay futbolistas que han tenido una presencia decisiva en la pelea por la permanencia. En líneas generales, los guajes han sabido dar el salto de categoría y han mantenido su competitividad en una categoría mucho más exigente. El bloque resistió, pero la aportación individual de algunos jugadores fue crucial. Los once goles de Sanabria, los siete de Castro, la gran temporada de Sergio, la explosividad de Jony, las arrancadas de Isma López, el brazo largo de Luis Hernández, la seguridad de Bernardo y Jorge Meré, el vuelo milagroso de Cuéllar, el gran compromiso de todos y cada uno.

10La gestión del Pitu Abelardo

El Sporting sigue siendo un equipo de autor y el Abelardismo la única fe verdadera de la afición rojiblanca. El trabajo del técnico para conseguir un ascenso inesperado y para lograr que los guajes compitan con presupuestos mucho más altos, merece un reconocimiento unánime. Con todo, el Pitu escuchó también algunas críticas sotovoce. Los técnicos son quienes mejor conocen la realidad del vestuario, pero Abelardo tomó algunas decisiones que resultaron difíciles de entender en momentos puntuales. No fue fácil gestionar casos como en el de Ndi, que recibió el perdón del técnico, o el de Halilovic, un futbolista que divide a la afición, pero que siempre ha rendido cuando ha jugado en su posición natural. Abelardo ha repartido los minutos durante la temporada, adaptando al equipo a las características del rival sin perder las señas de identidad propias. Casi todos los futbolistas han tenido su momento, su oportunidad de demostrar su valía.

11Pobre rendimiento ante los equipos de la zona baja

El Sporting se metió en problemas por su pobre rendimiento ante los rivales directos. De los equipos de la zona baja, los rojiblancos sólo consiguieron ganarle el golaverage al Deportivo de La Coruña. Son enfrentamientos que valen doble. Los puntos que se les escaparon a los guajes fueron directamente a la cuenta de sus rivales. En particular, resultaron dolorosos partidos como el del Getafe en El Molinón. Tras zarandear a su rival en el primer tiempo, el equipo se desmoronó en la segunda mitad.

12El factor arbitral

Contra lo que pueda parecer, el Sporting no es un equipo llorón. Denunciar los atropellos no es un desdoro. El escarnio arbitral ha sido brutal en los últimos años y los rojiblancos tienen, al menos, el derecho al pataleo. Que no ha sido tanto, para lo que podría haber sucedido. Actuaciones como la de Estrada Fernández en Granada, la de Del Cerro Grande en Sevilla, la de Gil Manzano en Villarreal o la de Clos Gómez en el Camp Nou son un atentado a la justicia, a la moralidad y a la decencia. Los árbitros le han costado muchos puntos al Sporting esta temporada y son claramente responsables de la situación en la que se encuentra este equipo. No se ha apreciado castigo alguno para los citados, ni para otros. Que hubo más.

13El peso de El Molinón

A pesar de los elogios que casi todos los entrenadores visitantes dedican a El Molinón y a la afición rojiblanca, lo cierto es que el equipo no ha terminado de sacarles rendimiento. El Sporting se ha comportado mejor fuera que en casa, donde es uno de los equipos que menos rentabilidad han obtenido del factor campo. En especial, de nuevo, ante los rivales directos. Levante, Getafe, Rayo, Granada, Deportivo y Betis son algunos de los equipos que han logrado llevarse puntos del feudo rojiblanco. El equipo está mejor dotado para defenderse y salir a la contra con la velocidad de sus atacantes, pero sufre cuando tiene que llevar la iniciativa y el peso del juego.

14La presión final

Contra lo que pueda parecer por su juventud y su inexperiencia, el Sporting ha sabido comportarse con solvencia en el tramo final del campeonato, a pesar de la enorme presión que los rodeaba. Como es lógico, asomó algún atisbo de nerviosismo, que los guajes supieron minimizar. El Sporting ha crecido y es evidente que el equipo ha sumado muchos más puntos en la segunda vuelta que en la primera. El propio Abelardo lamentó la semana pasada que la temporada no dure diez partidos más.

15La nota final

No sería justo limitar la valoración de ese equipo a lo sucedido ayer. El Sporting de los guajes ha sido un equipo mucho mejor de lo que nadie podía esperar cuando Abelardo se puso al frente de la nave (más bien desde el verano de 2014, cuando el Pitu dirigió su primer proyecto sin poder fichar). El Sporting de los guajes es ya un equipo de leyenda, que se merece el premio de la permanencia. Es un equipo que ha crecido contra los elementos, que ha superado adversidades. Hay que reconocerles también grandes virtudes, un talento que merece el elogio, una capacidad de sacrificio digna de encomio y un compromiso enorme con unos colores. El Sporting de los guajes es también el punto de partida de algunas carreras prometedoras. La primera la de Abelardo como técnico, pero también de muchos de sus futbolistas. En Primera o en Segunda, parece complicado que la próxima temporada no empiece un proyecto nuevo, diferente a éste. Es saludable ventilar los vestuarios cada cierto tiempo. El del Sporting no será una excepción. Unos se irán para crecer, otros para buscar minutos que no encuentran aquí y a un tercer grupo se les abrirá la puerta. Llegarán nuevos futbolistas y hasta una nueva camiseta, pero el balón seguirá rodando.