La noche fue larga para el sportinguismo. Muchos trabajaban al día siguiente, pero la forma de conseguir la permanencia en Primera División, en una última jornada cargada de emoción y tensión, desató la euforia por las calles gijonesas e intensificó una celebración que se aproximó en calibre a la del ascenso. La afición sportinguista tenía muchas ganas de fiesta. Y los jugadores también.

Que se lo digan a Carlos Castro, auténtico rey de la jarana a tenor de los comentarios que ayer dejaron en twitter los jugadores. "Se comenta por ahí que anoche vieron a Carlos Castro bailando de esta manera", publicó Lora adjuntando un vídeo de una danza curiosa. El de Ujo ni se molestó en desmentirlo. Y entró en la conversación Jony, refiriéndose al vídeo del hombre bailando subido por Lora. "Ése no tiene nada que hacer con Castrín, muy por encima el de Ujo", respondió el cangués.

De hecho, Carlos Castro, que ya dio la nota posando al más puro estilo de Cristiano Ronaldo en el vestuario tras el partido, fue uno de los que retransmitió a través de Periscope la juerga de los futbolistas. Algo que también hizo Sanabria. El paraguayo y Halilovic estuvieron muy activos cantando micrófono en mano en la fiesta que celebraron en el Bellavista.

Algún jugador se dejó caer luego por los bares de Fomento, donde la afición, enfervorizada, alargó hasta bien entrada la madrugada la fiesta. Mucho cántico bético -incluido ese "ole, ole, ole Betis olé" compuesto para el centenario del club sevillano- y un buen número de bengalas prendidas en la plaza del Marqués marcaron la noche gijonesa. Algunos valientes se atrevieron a bañarse en la fuente de Pelayo. Aunque el agua fría seguramente les hubiese venido mejor ayer por la mañana para volver a sus puestos de trabajo. La de ayer fue una bendita resaca para la hinchada sportinguista.