Álex Barrera emitió ayer una nota para despedirse de sus compañeros y de la afición del Sporting. El de Viella compartió en redes sociales un comunicado en el que confirmó su salida del club rojiblanco, con el que finaliza contrato el próximo mes de junio, poniendo fin a una etapa de 18 años ininterrumpidos vinculado al Sporting. "Me voy con nostalgia, pero también con pena, porque creo que no disfruté de la posibilidad de demostrar lo que realmente llevo dentro de mí", señaló el canterano, en clara referencia al hecho de haber contado con escasos minutos a lo largo de las últimas dos campañas.

La marcha de Álex Barrera se convierte en una muestra añadida de que el Sporting dejará de ser el de los guajes, tal y como se conocía. La salida del de Viella es un rostro menos de la cantera en el primer equipo y también queda como asignatura pendiente del club y de Abelardo. Barrera deslumbró en la temporada 2013-14, convirtiéndose en el mejor socio de Scepovic en ataque, y siendo pieza fundamental en el equipo que acarició el regreso a Primera. Un fijo para Sandoval, Abelardo, con el que ya había coincidido en el filial y en categorías inferiores, le mantuvo en el once a su llegada al banquillo. Sin embargo, tras aquella promoción ante la Unión Deportiva Las Palmas, algo pareció cambiar.

Álex Barrera se convirtió en pieza cotizada durante el verano de 2014, etapa en la que el club llegó a manejar ofertas para su salida al fútbol inglés. El caso es que, finalmente, continuó en Gijón e inició la siguiente temporada como titular. Lo que parecía una apuesta del club para que progresara y liderara al equipo en el camino a Primera no llegó a concretarse. Fue perdiendo, paulatinamente, presencia en el equipo, hasta producirse una grave lesión de rodilla que acabó frenando su progresión. El canterano estuvo medio año parado tras romperse el ligamento cruzado anterior y el menisco externo de la rodilla izquierda.

El regreso de Barrera, que intentó reducir al máximo el plazo de recuperación para estar disponible durante la pasada pretemporada, se antojaba como una nueva reválida para demostrar que su gran campaña en la 2013-14 no había sido ninguna anécdota. Se dejó ver como uno de los futbolistas más en forma durante el verano y pronto demostró que su rodilla respondía a la perfección. Sin embargo, no acabó de ganarse la confianza del Pitu. Sólo participó en cinco partidos de Liga. En ninguno de ellos, como titular. Tampoco la Copa sirvió para que pudiera gozar del espacio que esperaba.

El Sporting, en todo caso, le presentó a Álex Barrera una propuesta de renovación que, ya en el mes de diciembre, llevaba a que el propio Abelardo manifestara su optimismo de cara a que el jugador continuara. El futbolista comentó entonces que lo mejor era tomar la decisión con calma y esperar a comprobar su papel en el equipo. El hecho de que continuara fuera de los planes del Pitu motivó que optara, finalmente, por cambiar de aires. El Sporting, por su parte, parecía encaminado a ofrecerle la posibilidad de salir cedido una vez rubricara su nueva vinculación, algo que no ha sido posible. Barrera, cuya actitud siempre ha sido intachable, no cierra la puerta a su regreso.