Suele existir la percepción de que siempre al menos uno de los equipos recién ascendidos a Primera no logra mantenerse en la categoría en su primera temporada. El cambio suele ser bastante duro para muchos equipos. La exigencia física, la gran competitividad y dar con la tecla por la necesidad de acometer una remodelación con varios refuerzos debido al salto de categoría son algunas de las claves que hacen muy dura la llegada a Primera para muchos. Y el Sporting no es una excepción, máxime cuando la sanción de la Liga sin poder fichar -solo bajo unas ciertas restricciones- supone otro hándicap añadido. Un cúmulo que hizo que los de Abelardo tuvieran que esperar hasta el última jornada para conseguir la salvación. Pero la lograron, y esa circunstancia, sumada a la permanencia de Betis y Las Palmas, que ya la habían conseguido con anterioridad, hizo que por tercera vez en la última década ninguno de los recién ascendidos regresase a Segunda.

Esta circunstancia se repitió en las temporadas 2013-2014, cuando el Villarreal finalizó sexto y el Elche y el Almería justo por encima del descenso, y en la 2011-2012, cuando lo hicieron Betis, Rayo Vallecano y Granada. Y en esta última temporada se repetía bajo una situación curiosa, ya que Rayo y Granada se salvaron en la última jornada gracias a un gol de los madrileños a los andaluces en el tiempo de descuento, conociendo ya que el Villarreal estaba ya en Segunda, y que los nazaríes se salvaban de todos modos pese a la derrota. El gol de Tamudo, en el minuto 92, creo muchas suspicacias por aquel entonces en Villarreal, un equipo que ha sido señalado en Madrid en las últimas semanas por su derrota en El Molinón. Pero partidos como aquel Rayo-Granada de 2012 demuestran que en la última jornada unas veces los resultados favorecen y otras perjudican, y que se dan todo tipo de situaciones.

Aquel año el Sporting también cayó a Segunda, aunque después de que no hiciese sus deberes en Málaga, en un partido que perdieron en La Rosaleda, por lo que hubieran servido de nada otros resultados para salvarse.

En la última década solo bajaron nueve de los treinta equipos que acaban de ascender a Primera. Y la cifra se reduciría a ocho si se tiene en cuenta que el Éibar, hace dos temporadas, logró mantenerse finalmente gracias al descenso administrativo del Elche. A la par que el Éibar también descendió el Córdoba ese curso, y fue, junto a la 2009-2010, cuando perdieron la categoría el Tenerife y el Xerez, las únicas ocasiones en las que bajaron dos conjuntos recién ascendidos. Nástic, Murcia, Numancia, Hércules y Deportivo fueron los cinco equipos que, en temporadas diferentes, no supieron aclimatarse al cambio de categoría y no lograron el objetivo de la salvación, por lo que su aventura en Primera solo duró un año.

En este tiempo el Sporting ha tenido que luchar en dos ocasiones contra esa dificultad de permanecer en el año de su retorno. Y en las dos salió victorioso, pero en el último suspiro. Este año lo hizo tras ganar al Villarreal y perder el Getafe en el Benito Villamarín ante el Betis. Y en 2009 tras ganar al Recreativo en casa, aunque en aquella ocasión dependía de sí mismo.

Lo habitual en la última década es que todos los equipos recién ascendidos finalizasen el curso de mitad de la tabla para abajo, e incluso luchando por la permanencia hasta el final. Solo en tres de los treinta casos consiguieron acabar por encima del puesto décimo. Y en dos ocasiones fue protagonista Marcelino García Toral, con el Villarreal en 2014 acabó sexto, y con el Recreativo en 2007 fue séptimo. El otro equipo que se supo adaptar muy bien a Primera fue el Málaga, que en 2009 finalizó la temporada en octava posición, tras haber ascendido el año antes junto al Sporting y el Numancia.