Xavier Escaich Ferrer (Barcelona, 6 de septiembre de 1968) sólo jugó 23 partidos de Liga con la camiseta del Sporting, pero 22 años después de su paso por Gijón nadie ha olvidado su gesta: cuatro goles y tres asistencias en apenas 64 minutos. Fue un tormentoso domingo de enero de 1994, en el que el por entonces lanzado Sporting de García Remón arrolló a Osasuna: 7-1. Escaich, un delantero de estadísticas discretas en sus cuatro temporadas anteriores en Primera División, explotó su vena rematadora como nunca había hecho ni volvería a hacer en el futuro. Al final de esa temporada atendió la llamada del Barça de Cruyff, donde empezó una cuesta abajo que aceleraría su retirada del fútbol con apenas 30 años.

Como se acostumbró a que le preguntasen por la gesta, Escaich no necesita hacer memoria para apuntar el dato de un partido más productivo en su carrera que aquel Sporting-Osasuna: "Con el Nastic de Tarragona, en Segunda B, llegué a marcar cinco goles en un partido". Como profesional siempre se quedó muy lejos, hasta el punto de que su tope en Primera División fue de doce goles con el Espanyol en la temporada 1992-93, la anterior a su aterrizaje en Gijón. "Aquel fue un buen año para mí, pero bajamos a Segunda y me vi obligado a salir. En el partido de vuelta de la promoción, que nos ganó el Racing, recibí amenazas de las Brigadas Blanquiazules".

De las ofertas que le llegaron eligió la de un Sporting en proceso de cambio con Mariano García Remón en el banquillo: "Era un equipo consolidado en Primera División, de un nivel parecido al del Espanyol. Me encontré con un club que se preocupaba por la cantera, con un vestuario con muchos jóvenes". Pese a que ese verano se había escapado otra de las perlas de Mareo, Manjarín, la fórmula funciona y en la última jornada de la primera vuelta, coincidiendo con la visita de Osasuna a El Molinón, el Sporting sólo tiene por delante a dos equipos acostumbrados a luchar por el título en aquellos tiempos, el Barcelona y el Deportivo.

"En la primera vuelta se hicieron las cosas muy bien", ratifica Escaich, que en las 18 jornadas anteriores sólo había jugado dos partidos completos y marcado tres goles. García Remón daba preferencia a Juanele y Stanic, pero una lesión del habilidoso delantero gijonés iba a situar a Escaich ante su gran día cuando la situación parecía menos propicia: "Había llovido bastante y el campo estaba muy embarrado". Mal asunto para un delantero liviano que iba a tener que pelear con defensas como torres.

Pero a los seis minutos comenzó la fiesta: "El primero fue un gol de empuje, de ir a por todas en un balón frenado por el barro. Aquello me dio confianza, me convencí de que podía adaptarme al terreno de juego". Así que los otros seis goles del Sporting, todos con Escaich por el medio, fueron llegando como fruta madura: el 2-0, minuto 11, con un cabezazo de Abelardo a centro de Escaich; el 3-0, minuto 38, con Stanic como destinatario; el 4-0, minuto 40, al aprovechar Stanic un rechace del portero a tiro de Escaich; el 5-0, minuto 45, segundo de Escaich a pase de Sabou; el 6-1, minuto 58, de cabeza a centro de Stanic; y el 7-1, minuto 64, también de cabeza, esta vez con asistencia de Castaño.

"Pasamos por encima de Osasuna", señala Escaich, que explica la mayor goleada del Sporting en Primera como algo natural: "En un partido de Liga no necesitas meter cuatro o cinco goles, pero fueron llegando como consecuencia del juego. Teníamos la sensación de que nos estaba saliendo un partidazo. Incluso tuvimos alguna ocasión más que no entró". Aquella tarde y en los días siguientes, Escaich estuvo en nombre de todos, pero a ojos de García Remón nada cambió. Sólo le alineó en nueve partidos de la segunda vuelta, dos completos, y apenas añadió un gol a su cuenta.

Con y sin Escaich, el Sporting pasó de pelear por la UEFA a rozar la zona de descenso. "Hubo falta de entendimiento con García Remón", se limita a decir Escaich sobre el bajón. La inesperada llamada de Johan Cruyff le animó a volver a su ciudad: "Lo que me explicaron es que querían un sustituto de Julio Salinas. Pensaron en mí, un jugador catalán que había hecho una buena temporada con el Espanyol. Me quedaban dos años con el Sporting, pero tenía una cláusula por la que podía irme si venían a ficharme el Barça o el Madrid".

Escaich sólo jugó 120 minutos como azulgrana y al verano siguiente se marchó al Albacete, donde cerró su etapa en Primera. Así que su carrera siempre quedará marcada por una tarde de invierno en El Molinón: "Tengo un buen recuerdo de mi año en Gijón. Si toda la temporada hubiera sido como la primera vuelta, quizá habría marcado 16 goles o más. Estuve muy a gusto en Mareo y en la ciudad. Y cuando pienso en un día especial en mi carrera, lógicamente es ese".