Vive pegado a un teléfono móvil que ejerce de centro de operaciones por el que pasa todo lo que sucede en el Sporting. La actividad que registra en las dos horas en las que Javier Fernández (51 años, Gijón) atiende a LA NUEVA ESPAÑA en El Molinón refleja que, en estos días, los movimientos en el club son intensos. El vicepresidente y máximo accionista de la entidad rojiblanca asume errores, subraya los cambios y mira hacia el futuro con ambición.

-¿Qué balance realiza de la temporada que termina?

-Muy positivo. En lo deportivo, todo un éxito, y en lo económico, supone consolidar la estabilidad del club, tener fecha fija para la deuda que nos acuciaba tanto tiempo (diciembre de 2017). El club ha dado un giro tremendo en los últimos catorce meses. Con la permanencia hemos consolidado una situación que ya estaba estabilizada. El Sporting ha despegado hacia el crecimiento sin retorno. A todos los niveles, también de cantera, y de fútbol femenino, al que con el nuevo nombre queremos dar un impulso.

-¿Qué porcentaje de éxito corresponde a lo deportivo, y cuánto le daría al de la gestión?

-Lo que nosotros hemos intentado desde que nos hemos puesto al mando ha sido estabilizar la parte económica, sin desatender lo social, y pensando que lo deportivo debe guiarse bajo sus propios responsables, sin nuestra influencia. Eso es lo que nos ha permitido ir dando pasos. No soy hombre de transformaciones de un día a otro, pero sí de ir con los cambios hacia donde queremos.

-¿Considera valorados esos cambios?

-No lo sé. Lo principal es tener la conciencia tranquila, y la tengo. Recibo críticas por todos lados. El consejo ha sido una especie de pim, pam, pum de cualquier asunto que pasara en el Sporting. Creo que eso se está reconduciendo. Poco a poco tenemos que ganarnos que se nos valore. Aún así, tampoco podemos convencer a todo el mundo.

-Han fijado poder alcanzar la deuda cero en diciembre de 2017, situación que desde el club también se valoró en la anterior etapa en Primera, y no se cumplió.

-Sí. Ese poso va a quedar toda la vida. En los últimos 25 años, el Sporting ha estado unos cuantos en Primera y no ha servido para estabilizar una situación económica que tampoco es única del Sporting. Creo que el 90% de los clubes españoles han pasado por dramas similares. Lo que pretendemos, cuando entro en el club junto a Javier Martínez, hace cuatro años, es conocer qué pasaba. Tardamos en hacernos a la idea, pero sí que veo que estamos logrando una transformación. En diciembre de 2017, salvada la parte subordinada de la deuda, nos quedarían por pagar 4 millones, que ya nos es deuda para el Sporting. Ahora hay que crecer en lo deportivo todo lo que podamos. Las preocupaciones económicas son ya apartables, incluso si se diera el descenso.

-Si los cambios han comenzado a notarse, ¿por qué en El Molinón se sigue escuchando "directiva dimisión y "Fernández vete ya" ?

-Por falta de comunicación. Nos hemos encontrado un problema grave de falta de transparencia, oscurantismo. Bien porque había poco que contar, o porque los errores no gusta a nadie transmitirlos o pedir disculpas por ellos.

-¿Qué errores asume usted?

-Como propiedad, bien por falta de dedicación o preocupación, no fuimos capaces de hacer un seguimiento de la situación económica real del club en su día. Ya pedimos disculpas por ello, pero no me cuesta reconocerlo.

-¿Se ve capaz de cambiar la imagen negativa que tienen los Fernández en un sector de la afición?

-Le puedo decir que hace dos años no dormía. Tomaba pastillas casi a diario. Hace un año, las intranquilidades eran casi ya deportivas, y este año la situación económica está donde yo quería ponerla, e incluso hemos adelantado pasos. Más orgulloso no puedo estar.

-¿Por qué no dio entonces un paso a un lado?

-En agosto de 2014 decidí darlo. La situación económica que teníamos, incluso con datos incompletos, era que o entraba alguien con una financiación muy potente, 10 o 15 millones de euros, o no habría otra solución a corto plazo. Buscamos inversores, que incluso yo públicamente dije que estaban ahí, pero que luego no dieron el paso final. O tomábamos nosotros las riendas, o esto no lo salvaba nadie. En mayo de 2015 ya tomamos la decisión de ponernos al mando directo del club. Nos llevamos alguna sorpresa, en cuanto a capacidad de financiación a través de la Liga, incluyendo si los nuevos derechos televisivos se llevaban a efecto. Era menor de la que pensábamos. Aún así, pudimos salvar el paso. El ascenso supuso entonces un tremendo alivio. Y la permanencia nos ha hecho adelantar etapas. Ahí nos fijamos un calendario de tres años de solución económica.

-Habla usted en plural cuando meditó su salida.

-Porque hablo de una decisión familiar, apoyada por quienes realmente estaban a mi lado en el consejo: Javier (Martínez), Ramón (de Santiago)... La gente que siempre ha estado, hasta en los peores momentos. Son mi apoyo número uno.

-Dijo su padre hace unos días en Mareo que él nunca planteó vender el club a nadie de fuera.

-Con él he tenido participación en otros negocios, y lo más sano para los dos era que cada uno tomara sus decisiones sin meterse en el gobierno del otro. Yo antes de entrar no sabía nada del Sporting. Sabía lo qué el me comentaba o lo que podía decirme Alfredo García Amado. Cuando entré, él seguía informándose, quería saber por mi parte, pero también tenía sus contactos dentro, y seguía interviniendo. Aunque fuera meramente un seguimiento, no era bueno para ninguno de los dos. Tras unos seis meses, ya se apartó definitivamente.

-¿No le consultó la venta al fondo inglés con el que anunció un preacuerdo?

-Sí. Estamos hablando que es su patrimonio, más que el mío. Él me dejó el peso en las negociaciones, y me pidió que la prioridad era que la inversión en el Sporting fuera suficiente para sacar la situación económica.

-Le transmitió que si lo veía correcto, que vendiera.

-Eso es. No me condicionó.

-¿Cómo son sus conversaciones ahora sobre el Sporting?

-Si hablamos de fútbol, es más de lo deportivo que de otro cosa. En lo económico no gastamos ni cinco minutos.

-¿En qué ha fallado el Sporting para no renovar a pilares como Jony, Bernardo o Luis Hernández?

-Es un error que no es de ahora, viene derivado de la situación vivida hace catorce meses, es decir, un mes antes del ascenso. El Sporting ahí no tiene capacidad para renovar a nadie. Un club que lleva cinco meses sin pagar nóminas es complicado que pueda negociar nada. El error viene de que, en consecuencia de la trayectoria económica que llevamos, no tenemos fuerza para conseguir renovación. A partir del ascenso, empezamos la negociación. Los tres confían mucho en sus posibilidades y demoran la respuesta a esa oferta de junio. En septiembre y diciembre alguno recibe mejoras. Es cuando ves que la situación de incertidumbre deportiva motiva su falta de decisión. Luis y Bernardo esperan hasta final de temporada y Jony plantea otra cosa.

-¿Qué sucede con Jony?

-Jony tenía un sueldo muy bajo, es reconocido por todos. Se le plantea modificarlo ya esa misma campaña, por la cuantía que iba a recibir por cuatro años. Él tiene una propuesta de otro club, por tres años, superior o parecida a la nuestra, digo parecida porque si prorrateamos lo que iba a empezar a percibir ya esta última campaña sería muy importante. Él nos dice en febrero que tiene tomada la decisión y no podemos hacer nada.

-¿Y con Luis y Bernardo?

-Somos incapaces de igualar otras ofertas. Estamos a casi la mitad de lo que les puede ofrecer la Premier ahora mismo. En los derechos de televisión de la Premier, el que menos cobra, se lleva tres veces más que nosotros. Las diferencias son enormes, a pesar de que, en alguno de estos casos, En todo caso, hemos agradecido a Luis, Bernardo y Jony su compromiso hasta el final. No podemos reprocharles nada.

-¿Cambiaría ahora el planteamiento inicial hecho en materia de renovaciones?

-Hemos llegado hasta donde hemos podido y eso que el incremento, en algún caso, era de más de seis veces de lo que cobraba.

-¿Por qué ha tomado las riendas del área financiera?

-Me encontré con sorpresas, y no quería que hubiera más. Los números son parte fundamental de una empresa. Yo sólo llevo la supervisión de ese departamento, luego hay otras tres personas que llevan contabilidad, presupuestos? Hacen el trabajo duro. En noviembre vamos a intentar que las cuentas sean el cien por cien de la realidad del club; meteremos ahí los gastos incluso futuros que se pueden generar de intereses y que antes se planteaban de otra manera. Tuve que explicar en la junta del año pasado que en la contabilidad había unas partidas que no entraban ahí, como Doyen, intereses de Hacienda? que eso sumaba en la deuda. La deuda real no eran 30 millones, era más. Queremos que eso cambie.

-¿Cómo explica el vínculo con Doyen?

-El contrato de Doyen me lo encuentro al poco de entrar, y me asusto. La relación con Doyen parte de que ellos entienden que van a ayudar al Sporting en una situación dramática de las cuentas del club. Yo les hago ver que, en ese momento, el Sporting está diciendo que va camino del saneamiento, y que no entendemos por qué se hace ese contrato. Ellos podían haber exigido unas cantidades en función de ventas de jugadores, en lo que marcaba ese contrato famoso de marzo de 2012, que no han exigido. Lo único que buscábamos era una transformación simple de los 2 millones de euros que habían dejado a fondo perdido en el club con unos plazos de pago razonables. No hay ningún derecho económico cedido a Doyen ya. En diciembre se acabará nuestra relación.

-¿Qué necesita para dar el paso de ser presidente?

-Antonio Veiga, que siempre ha sido una persona que se ha portado fenomenalmente y que ha estado en los peores momentos se merece salir cuando él quiera. Nos emplazamos a que lo pensara a lo largo de este mes. El cambio puede ser en la próxima junta o puede ser la temporada que viene. Depende de él.

-¿Está satisfecho con el reparto televisivo?

-Pasamos de 14 que hubiésemos cobrado este año en otras circunstancias, a 40 millones de euros...

-¿Dará para recomprar Mareo?

-A nosotros nos gustaría llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento en cuanto a qué perspectivas hay de recuperar Mareo en unas condiciones asumibles para el Sporting. Entiendo que es razonable no ir nunca por debajo de lo que pagó en su día el Ayuntamiento. Nosotros hemos valorado cuánto cuesta otra ciudad deportiva, y el coste está entre 8 y 9 millones de euros. Y estamos hablando de recuperar Mareo en unos términos similares antes de acometer nuevas inversiones

-El último contrato refleja un precio de 12,7 millones de euros.

-Es un precio para nosotros muy alto. O bien nos descuentan las inversiones que hemos hecho y que sería similar a los algo más de 9 millones que el Ayuntamiento desembolsó en su día, o buscamos otras fórmulas. No tengo ningún interés en otra ciudad deportiva, porque la esencia del Sporting es Mareo. El Ayuntamiento lo debe debatir internamente. Gijón nos ayudó y ahora queremos ayudar a Gijón. Una de esas patas para favorecer a la ciudad es el convenio con el fútbol base.

-¿Qué puede decir de la campaña de abonos que está apunto de iniciarse?

-Mantener los precios del año pasado, con alguna salvedad en dos o tres precios. Nada va a ir a más, sino a menos, para consolidar los algo más de 23.420 abonados, nuestro récord histórico.

-Dicen que usted es el mediador entre Nico y Abelardo.

-No sé si es la palabra. Con el Pitu tengo una relación excelente y con Nico tengo una relación parecida, no mejor, pero sí de más convivir porque me paso el día casi con él en la oficina. Me parece ridículo los rumores de que se llevan mal. Vale que en una situación profesional hay situaciones de discrepancia, que, a veces, llevan a discusiones fuertes, pero tienen una relación normal. Si uno no ayuda al otro, vamos mal.

-¿Es más fácil o más difícil este verano para Nico?

-Este año viene de una situación de análisis de jugadores. La incertidumbre es que de Primera a Segunda es un mundo, y hasta última hora no se decidió la permanencia. Es un reto ilusionante. Tiene que buscar jugadores, no sólo que futbolísticamente se adecuen, hay que traer personas para un vestuario que ya está medio formado.

-¿Cómo está la situación de Lozano?

-Nico ha ido haciendo equipo este año en el área deportiva. Tiene cuatro ojeadores para hacer seguimientos en España y que le han acompañado a Francia y Portugal. Tenemos que ir mejorando y formar esa parcela poco a poco. La composición es cosa de Nico. Lo que sí tiene que haber es un secretario técnico que le filtre jugadores. Este año ha visto por encima de cien partidos en directo.

-¿Eso quiere decir que sigue o no sigue Lozano?

-Depende de Nico y de que Lozano quiera estar o no en otra línea de funcionamiento. Lo veremos este verano.

-¿Se cumplirá el sueño de Abelardo de verse en Europa con el Sporting?

-El futuro va a ser con él en el banquillo, seguro. Dentro de dos o tres años con el club saneado y podremos destinar fondos a la plantilla y estaremos en disposición de poder pelear por ellos. Paso a paso.

-¿Le deben los Fernández dejar al club en un contexto similar al que estaba cuando llegaron?

-No lo afronto como algo personal. Yo entré hace cuatro años, y cuando entró la familia, era otra cosa. Mi reto fue el de la estabilidad social y la deuda cero, y en eso estamos.