Velocidad, verticalidad, toque, rapidez, trabajo y brillantez. En definitiva, un jugador sensacional. Así era Manolo Mesa, nacido en San Roque (Cádiz) en 1952, y otra de las piezas de la época dorada del Sporting. Jugó en el conjunto rojiblanco 12 temporadas, entre 1975 y 1987, con 339 partidos a sus espaldas entre Liga y Copa de la UEFA, y 36 tantos. "Es una satisfacción muy grande entrar en el equipo ideal del Sporting", destaca Mesa, que recibió 39 votos, y fue el segundo mejor centrocampista tras Joaquín, en la encuesta realizada por LA NUEVA ESPAÑA entre aficionados, exjugadores, técnicos, directivos y personas relacionadas con el Sporting.

"Yo no era un fenómeno técnicamente, pero era un trabajador del fútbol que aproveché mis buenas condiciones. Tenía un buen cambio de ritmo, le pegaba muy bien a la pelota y sabía donde estaba el compañero", comenta Mesa cuando se le pide una descripción sobre sus características en el terreno de juego. "Nunca me faltó la calidad suficiente para dar el pase de gol o marcarlo. Y la condición física siempre me acompañó", resalta el jugador andaluz.

En su etapa en el Sporting compartió el centro del campo con jugadores de la talla de Joaquín, Ciriaco, Esteban o Marcelino. "Teníamos una serie de jugadores enormes en el centro del campo. No me olvido de Ciriaco, que fue un jugador fenomena", resalta Mesa, otro de los futbolistas que formó parte de la época dorada del club.

En el once ideal histórico jugaría junto a Ablanedo, Redondo, Maceda, Abelardo, Cundi, Joaquín, Luis Enrique, Quini, Villa y Ferrero. "Con ese equipo aspiraríamos a lo máximo. Seríamos un equipo de la élite", destaca un Manolo Mesa que, al imaginar hasta donde podría llegar, también tiene un recuerdo para el Sporting actual. "Sería un orgullo de equipo, como el que se ha quedado ahora en Primera. Me llevé un alegrón muy grande con la permanencia", afirma.

Mesa aún recuerda con cariño su contribución para que el Sporting jugase cuatro años la Copa de la UEFA. Es uno de sus mejores recuerdos de su paso por Gijón ante de afrontar sus últimos años en el Xerez y el Linense. El mayor mérito para el jugador gaditano fue competir de tú a tú con plantillas con mayor potencial económico y recursos, y todo ello con gente de la casa. "Salvo Ferrero y yo eran todo asturianos", comenta Mesa que, volviendo a imaginar las posibilidades del once ideal histórico de este periódico, destaca que "con ese equipo tendríamos, como antiguamente, muchísimas opciones de estar entre los cuatro primeros".

El Sporting de los setenta y ochenta plantó cara al Madrid y al Barcelona. Una circunstancia que para Mesa da aún más mérito a lo que consiguió el equipo que él mismo integró. "No nos equivoquemos, de aquella ganaban igual Barca y el Madrid que ahora, por eso nos quedamos con la miel en los labios del segundo puesto y perder en la Copa del Rey. Fue la mala suerte que tuvimos, tener que jugar la final contra Barcelona y Madrid", explica.

Un centrocampista que, por su compromiso y entrega, dejó un grato recuerdo de su paso por el Sporting.

En www.lne.es se encuentra abierta una encuesta para que los lectores puedan votar cada día un puesto diferente en el once ideal del Sporting