El primer año de Vicente Miera al mando el Sporting acabó con un ascenso a Primera, el segundo con una clasificación para jugar la Copa de la UEFA y el tercero con un subcampeonato de Liga. Entonces no se llegó a un acuerdo para su renovación, pero su retorno, apenas un año después, supuso que los rojiblancos llegasen a su primera final de Copa del Rey, que perdieron ante el Barcelona. A Vicente Miera, nacido en la localidad cántabra de Nuevo Montaña en 1940, solo le faltó un título con el Sporting. Pero su estilo y trabajo perdura en el tiempo. La mitad de las cien personas vinculadas al Sporting, entre aficionados, técnicos, directivos o exjugadores, le eligieron como el mejor entrenador en el equipo ideal en la encuesta de LA NUEVA ESPAÑA.

Miera era un entrenador supertáctico, una maestro de esa parcela, que hizo que sus equipos jugasen con una gran capacidad técnica y orden. Le gustaba alinear a los buenos futbolistas y realizar un juego muy vistoso. En Gijón consiguió trasladar esa filosofía a sus jugadores. Y su Sporting se caracterizó por ser un equipo de mucha velocidad y verticalidad que encadiló y enamoró a todo el país por su buen juego.

El once ideal lo compondrían Ablanedo; Redondo, Abelardo, Maceda, Cundi; Joaquín, Luis Enrique, Mesa; Villa, Quini y Ferrero. Salvo Luis Enrique, Villa y Abelardo, el resto, en algún momento, estuvieron a las órdenes del técnico cántabro. Por eso este once ideal sería muy cercano a su esencia futbolística.

Miera dirigió al Sporting en dos etapas, de 1976 a 1979 y de 1980 a 1982, y en un total de 215 partidos, 128 en Primera, 38 en Segunda, 43 en Copa del Rey y 6 en Copa de la UEFA. Solo le superan en partidos en el banquillo rojiblanco Novoa y Preciado. Su etapa de entrenador coincidió con la mejor generación de futbolistas, pero su mano de entrenador también se notó. Miera tuvo jugadores muy buenos a sus órdenes, pero los mejoró aún más.

Antes que técnico fue jugador. En el Sporting estuvo dos temporadas, de 1969 a 1971, tras ocho años en el Madrid, después de formarse en el Rayo Cantabria y el Racing. Como futbolista no se caracterizó precisamente por ser muy ducho a nivel técnico, pero desde el banquillo si trasladó esa pasión por el buen fútbol.

Como entrenador tuvo una dialtada trayectoria desde 1973 a 1998. Comenzó en el Langreo y se retiró en el Sevilla, y entre medias pasó por el Oviedo, el Sporting, Espanyol, Atlético de Madrid, Tenerife, Racing de Santander, Espanyol y la Selección Española.

En Gijón, uno de sus mayores logros fue sacar adelante a Joaquín, el gran capitán rojiblanco. En sus inicios fue un jugador que fue discutido por la grada en varias fases, pero Vicente Miera apostó por él y consiguió que fuese un gran futbolista y el jugador que más veces vistió la camiseta rojiblanca (643 partidos).

Su primera etapa en Gijón fue sensacional, pero la segunda no acabó tan bien, ya que tras año y medio fue destituido por Manuel Vega-Arango, y esa temporada 1981-1982, en la que el Sporting volvió a jugar la final de Copa del Rey, en este caso ante el Madrid, acabó el conjunto rojiblanco a las órdenes de Novoa.

Hablar de Vicente Miera es hablar de la época dorada del Sporting. Del técnico que capitaneó un equipo de ensueño con Redondo, Maceda, Cundi, Joaquín, Mesa, Quini o Ferrero. Y también del técnico más querido y el elegido por personas vinculadas al Sporting para dirigir el que sería el once ideal histórico.

Un auténtico once de leyenda para enmarcar

El dibujante Suso Mortiner representa a los once jugadores y al técnico que formarían parte del equipo ideal histórico del Sporting con la imagen de cada uno de ellos en el momento en que estuvieron en el club y las indumentarias que lucieron.

De arriba abajo y por la izquierda: Vicente Miera (entrenador), Redondo (lateral derecho), Joaquín (centrocampista), Maceda (central), Abelardo (central), Luis Enrique (centrocampista), Ablanedo (portero), Mesa (centrocampista), Villa (delantero), Quini (delantero), Ferrero (delantero) y Cundi (lateral izquierdo).