Minutos después de que el entrenamiento a puerta cerrada haya concluido, El Molinón es un hervidero. El campo tiene que adaptarse a la nueva normativa impuesta por la Liga de Fútbol Profesional que busca una homogeneidad de colores y de producto (el césped de todos los campos cortado en paralelo al centro del campo y a la misma altura) y que prima a las televisiones con derechos. El Molinón se baña en rojo, como lo hizo San Mamés, como Mestalla lo hará en negro o el Villamarín en verde. Una pléyade de operarios se afana para que todo esté a punto en el choque ante el Athletic de Bilbao. Los aficionados que acudan esta noche al trofeo "Villa de Gijón" (20.30 horas), se darán cuenta de hasta dónde han llegado las obras.

La sensación más evidente al acceder al césped de un Molinón vacío es el baño de rojo que se le ha dado. Lo prioritario en la nueva normativa (por cuyo cumplimiento velará el director de partido) son las televisiones que han pagado los derechos. Habrá nuevas posiciones de cámara, en los fuera de juego o a la salida del túnel de vestuarios, lo que ha obligado a desplazar los vestuarios unos cuarenta centímetros a cada lado. Además hubo que diseñar dos nuevos set de televisión que hacen, a un tiempo, de plató y de posición de comentaristas. La Liga obliga a que haya una ocupación mínima del 75% en las gradas que capta el tiro de cámara, so pena de posibles sanciones al club.

Los equipos están obligados a llegar al campo noventa minutos y tienen la obligación de dar las alineaciones a las televisiones internacionales con derechos y el entrenador tiene que conceder una entrevista antes del choque y otra nada más terminar, antes de la rueda de prensa. También hay tres jugadores de cada equipo que deben pasar por la posición "flash" antes incluso de ducharse. Todo va cronometrado.

Otro cambio operado en el estadio es la instalación de barreras de metacrilato en los dos fondos, en la grada de animación y en el espacio para la afición visitante. Los partidos se dividen en categorías y, en la visita de Madrid o Barcelona, el aparcamiento llega a parecer un parque tecnológico.

Hubo que cambiar el sistema de alumbrado artificial para dar paso a una luz de corte y en la sala de prensa se tapió la tradicional puerta de acceso para crear un posición preferente de cámara, centrada en el interviniente. Estás son las medidas más visibles de actuación que se están desarrollando en el campo más antiguo del fútbol profesional español.