Por la banda derecha, Alberto Lora, con su 1,68 metros, será protegido por el resto de zagueros: en el centro de la defensa estará Jorge Meré (1,80 metros), Fernando Amorebieta (1, 92 metros) o Jean-Sylvain Babin (1,79 metros), mientras que el lateral izquierdo será para Isma López (1, 80 metros) o Lillo (1, 80 metros). Sin duda, la zaga sportinguista esta temporada tendrá altura y, además, todo parece indicar que también estará a la altura.

Si hay una zona del campo en la que el Sporting de Gijón ha destacado por encima del resto en las últimas temporadas, ésa es la defensa. Lora por la banda derecha e Isma por la izquierda se mantienen, pero el centro de la defensa lo custodiaban Luis Hernández y Bernardo Espinosa, al que sustituyó Jorge Meré después de su lesión. La zaga rojiblanca se confirmó como un auténtico muro numantino al convertirse en el equipo menos goleado de Segunda División -recibió sólo 27 goles- en la temporada 2014-2015. Una cifra más que meritoria teniendo en cuenta los goles en contra que el resto de equipos había recibido. El Girona, por ejemplo, que era el segundo equipo menos goleado de la categoría, recibió 35 tantos. Además, en la temporada 2015-2016 ya en Primera División recibió 62 goles, pero fue uno de los equipos menos goleados dentro de los que luchaban por la salvación. El Celta, por ejemplo, estando en puestos de Europa League recibió 59 tantos.

El Sporting empezará un nuevo ciclo el próximo domingo, pero la idea es que esa defensa siga siendo el bloque fuerte del equipo, acompañado de un ataque más voraz de cara a portería contraria. Y para ello: Meré seguirá con el camino trazado los últimos meses, aunque quizá con demasiados ojos sobre sus pies, ya que la mayoría de los equipos grandes de España le pretenden, y le siguen con más aun ante la posibilidad de que en junio pueda empezar a negociar para marcharse gratis a otro club. Por su parte, Lora e Isma seguirán en su empeño de proteger las bandas cercanas a la portería de Pichu Cuéllar. así como de atacar las contrarias en los contraataques. Lillo será el encargado de sustituir a alguno de ellos en caso de necesitarlo, pues puede jugar en cualquiera de las dos bandas. Amorebieta y Babin llegaron para aportar altura y físico, además de seguridad de cara a los despejes de balones preligrosos, siempre ayudados por Meré para sacar el balón jugado desde atrás, una condición que parece que este año cobrará más importancia ante la llegada de jugadores a los que le gusta mimar el balón y jugar al toque.

El delantero rival puede fallar o no, pero lo que está claro es que esta defensa no se asustará ante nadie.