-Hace tres años, si le dicen que vería al Sporting con 24.000 abonados y lista de espera?

-No lo creería. Como entrenador me presta mucho poder dirigir a un equipo con esta masa social. Yo soy socio del Sporting y soy de Gijón y me enorgullezco de estas cosas. Es una gozada para el club, para mí como entrenador y para los jugadores que van a disfrutar cada domingo de un campo lleno.

-¿Son ustedes un poco responsables de que esto sea así?

-Son los jugadores los que han llevado al Sporting a estar donde está, que nadie lo pensábamos. Cuando cogí el primer equipo, no me imaginaba, ni en mis predicciones más optimistas, que podríamos estar así. Mi previsión más optimista era la de estar peleando por el ascenso este año.

-¿Le trastoca mucho el descenso del filial?

-No. Yo jugué cuatro o cinco partidos en Segunda División B y hay muchos jugadores que salieron y apenas pasaron por Segunda B. El jugador que es bueno puede incluso dar el salto al primer equipo desde el juvenil.

-¿Qué le parece el proyecto del filial para este curso?

-Creo que se han traído jugadores con el objetivo de ascender.

-Con tres entrenamientos a puerta cerrada por semana, ¿no se pierde cercanía con la afición?

-Va a ser una norma a partir de ahora. Es un tema que han pedido los futbolistas y que, a mí como entrenador, también me gusta. La totalidad de los equipos profesionales entrenan a puerta cerrada.

-¿Qué le parece la destitución de Marcelino?

-Me extraña, pero no sé cómo ha sucedido, así que no puedo entrar en valoraciones. Marce es un entrenador increíble. Tenemos la suerte de que dos de los mejores entrenadores de España sean asturianos, como son Luis Enrique y Marcelino. Marce va a volver a entrenar en un futuro cercano.