El Sporting suma un punto sin grandes sobresaltos y este dato, en principio aburrido, es una gran noticia para Abelardo. El Pitu sabe que los equipos crecen desde la seguridad defensiva, mucho más los que cuentan con grandes recuerdos. El Sporting, que brilló en esta faceta en el año del ascenso y sufrió de lo lindo la temporada pasada, recupera la solvencia defensiva. El equipo se siente seguro, sólo ha recibido un gol (de rebote) en los dos primeros partidos y apenas ha concedido ocasiones. Es un mérito colectivo, un acierto del entrenador, y una consecuencia del alto nivel que están mostrando los centrales rojiblancos. También Cuéllar, cuando se le ha exigido, ha dado respuestas de altura.

El partido de Mendizorroza fue muy diferente al choque ante el Athletic. Tras diez años sin catar la Primera División, el conjunto vitoriano salió decidido a compensar a su entregada afición. La movilidad de los atacantes del Alavés, en particular de Ibai y Edgar, causó algunas situaciones de riesgo a la defensa rojiblanca, que supo rehacerse. Luego, cuando los argumentos del Alavés se redujeron al juego directo en busca de sus poderosos delanteros y a alguna contra, no hubo demasiada sensación de agobio.

La lesión de Amorebieta, provocada por una dura entrada por detrás de Deyverson, que debió ver la segunda amarilla, propició el debut como rojiblanco de Babin. Ningún sobresalto. El de Martinica mantuvo la línea con veteranía y poderío. Es cierto que pasó algunos apuros con Santos y Toquero, pero sin la seguridad del equipo se viera demasiado comprometida.

Fue un buen para los centrocampistas. Sergio y Nacho Cases, en aparente desventaja numérica ante el trivote vitoriano, dominaron la parcela central. El madridista Marco Llorente fue el único que les plantó cara. También Xavi Torres mejoró la impresión causada ante el Athletic. Abelardo probó en los minutos finales un doble pivote que disfrutará de muchos minutos este curso, con el alicantino como pareja de Sergio. Dos futbolistas que abarcan mucho campo.

La línea de mediapuntas dio mucho juego para el técnico, que los fue combinando de todas las maneras posibles. Víctor Rodríguez fue el mejor jugador de ataque del Sporting. El catalán es uno de esos futbolistas de los que siempre se puede esperar algo diferente. Burgui pasó un mal día, perdió muchos balones y no encontró su sitio. Moi Gómez mostró recursos y se adaptó bien a las situaciones de partido. En punta, Cop luchó contra molinos, en una batalla desigual. Aún así, les arregló para generar dos ocasiones de gol en el erial ofensivo. De Carlos Castro se vio poco.

El Sporting sale satisfecho de Vitoria, con una sensación de solidez que invita al optimismo. Y que nadie se venga arriba. El objetivo sigue siendo un final de Liga tranquilo.