Rachid fue el gran ausente en la sesión preparatoria celebrada ayer en Mareo a puerta cerrada. El centrocampista argelino tuvo que ausentarse para acudir al juicio contra su exrepresentante Joaquín Secades, que se celebró a las 11:30 de ayer en el juzgado de primera instancia número 3 de Gijón, del que es titular Miguel Cobián. El intermediario le reclama al futbolista un incumplimiento del contrato que les vinculaba hasta 2017, después de que un representante de otra agencia acompañase al futbolista en la firma de su renovación con el Sporting, que había negociado el propio Secades, siempre según su versión. El juicio quedó visto para sentencia ayer.

Fue el propio representante asturiano el que trajo al futbolista, que hasta entonces había militado en Francia, a Mareo para someterse a una prueba con el filial. Rachid le entró rápidamente por el ojo a Abelardo, que recomendó su fichaje a Raúl Lozano. Rachid firmó un contrato de dos años con el Sporting y también su vinculación con el representante. En verano de 2015, el club decidió hacerle un contrato profesional al centrocampista. Ante esta previsión, Secades la instó también a renovar el contrato que los vinculaba y que dos meses después estaría en el centro del conflicto.

El agente le reclama una indemnización por incumplimiento de contrato. Como prueba se presenta un documento escrito por el Sporting en el que confirma que hubo un representante que acompañó al jugador en la firma de su contrato. Un perito caligráfico identificó la firma de Rachid en el contrato con el agente.

Rachid estuvo representado en el juicio por el abogado Ignacio Álvarez Buylla y acompañado por un representante de la nueva agencia con la que trabaja. García Salgado representa a Secades.