La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Fondo Norte

El verdadero sitio del modesto Sporting

El gran desafío rojiblanco reside en convertir en inútiles las cifras de su realidad

"Ojo, somos el Sporting", clamaba días atrás el gran timonel en la sala de prensa del Anfield del Piles para situar el momento del club, el antepenúltimo en la masa salarial permitida. Que el Sporting actual sea un modesto no cambia la historia del club, que siempre fue modesto. El inolvidable Rovi lo recordaba en los días del esplendor en la hierba, que no hace falta recordar cuáles fueron. El Sporting es el antepenúltimo en la masa salarial permitida y el último en los remates a portería. La modestia es una realidad que no tiene que esconder una sana ambición por ganar a los que tienen una masa salarial más alta y tiran más a la portería contraria. Pongamos que el Deportivo de La Coruña, próximo rival de un Sporting que va a estar arropado por la primera gran Mareona de la temporada, con permiso de los jefes de Riazor, que han de facilitar las entradas necesarias para los intereses rojiblancos. Con las normas de que no se vea cemento en las teles quizá no haya restricciones en los campos que visita este Sporting, que no se sabe qué uniforme vestirá en el partido. Por lo que se va viendo, el rojiblanco es incompatible con el blanquiazul, que es el de los locales. Ya no hay equipación amarilla, la adecuada, por los resultados últimos, para visitar el Bernabéu.

La histeria con los rivales que vistan de amarillo y ante los que el Madrid sólo ha podido empatar tres partidos seguidos ha quedado atemperada porque, loado sea el cielo, Cristiano Ronaldo saludó a Zidane tras su buen gol en Alemania. No hay ruptura entre la estrella y el entrenador por culpa de una sustitución. Al entrenador le llueven las críticas por no haber hecho los tres cambios en el tercer empate consecutivo y haber sacado tarde a Morata en lugar de un agotado Benzema. Eso sí, el gran Cristiano ha vuelto después de unos partidos tras los que se anunciaba que estaba acabado y que había llegado el final de su carrera.

Con el debido respeto y todas las distancias que sean posibles, la trayectoria rojiblanca se parece en algo a la merengue. La flojedad defensiva de ambos equipos es notoria. Al Sporting lo frieron a goles la semana pasada, igual que al Madrid, que ha encajado cinco goles en tres partidos, dos de ellos en los minutos finales, que han costado cuatro puntos, dos ligueros y dos europeos. Al Sporting la goleada ante el Barcelona le llegó en los minutos finales de un partido en el que no tuvo opción, pero que pudo aguantar con un cero a dos que hubiera sido mucho más llevadero que un cero a cinco.

En ese resultado no tuvo ninguna culpa el lateral Isma López, que estaba en la grada. El futbolista rojiblanco ha hecho autocrítica de sus fallos en los dos últimos partidos que jugó. La autocrítica es muy sana en todos los órdenes de la vida, y más en el fútbol, donde escasea tanto. Hay que recuperar a Isma López, uno de los puntales del Sporting en los últimos tiempos, capaz de superar una amenaza de ostracismo a base de buen juego y alto rendimiento.

El partido de Riazor es pasado mañana y Esuperio no se ha enterado todavía de que el Deportivo ha traspasado a Lucas.

Compartir el artículo

stats