Si algo define a Abelardo es que se trata de un técnico de cantera. Es un hombre de la casa, que salió del filial y al que no le tiembla el puso si tiene que llenar el campo de chavales. Ha hecho debutar a nueve en el primer equipo (diez si se tiene en cuenta a Álvaro Bustos, que sólo jugó un partido de Copa) desde que él mismo dio el salto a El Molinón, hace dos años y cinco meses. Tanto es así, que su equipo llegó a llamarse el Sporting de los guajes, por la masiva presencia de futbolistas salidos del filial. Bien es cierto, que esa natural querencia del Pitu a mirar hacia abajo en busca de talento, se vio reforzada por los dos años de sanción que sufrió el Sporting sin poder fichar y que obligaron al técnico a precipitar el debut de algunos futbolistas a los que ya les tenía echado el ojo. Como Mareo siempre llega al rescate del Sporting, la apuesta salió bien.

La lista de nueve yogurinos a los que Abelardo ayudó a fermentar tiene un poco de todo. Hay futbolistas como Guitián o Mendi, que tuvieron una presencia testimonial en el primer equipo. Pero hay otros, como Jony (por encima de todos) y Jorge Meré (su hijo futbolístico) que se han convertido en estandartes del Sporting de Abelardo. Tanto es así, que Jony acompañó al técnico en el salto desde el filial. Abelardo apostó por él desde el primer día. A Meré, en cambio, lo ha ido modelando desde niño. Le abrió la puerta del filial y luego la del primer equipo con una precocidad sin precedentes. Meré es el espejo en el que se mira el propio Abelardo, central como él, debutó también con 18 años.

Pablo Pérez y Carlos Castro son otros dos futbolistas por los que el entrenador tiene una debilidad especial, aunque su proceso de maduración ha sido más lento y, a veces, se han tenido que precipitar los pasos. Con estos futbolistas, Abelardo ha tenido que tomar algunas decisiones difíciles, convencido siempre de estar ayudándoles a mejorar en su carrera.

Dos apuestas personales del Pitu son Dani Ndi y Rachid. Dos futbolistas que están aquí gracias a Abelardo. A Ndi se lo encontró en el club y apostó por él, con cesión al Llano 2000 incluida. Lo hizo fijo en el filial y lo llevó al primer equipo, aunque el camerunés le dio uno de los mayores disgusto de su carrera como técnico al declararse en rebeldía tras una concentración con la selección de Camerún. Abelardo avaló el fichaje de Rachid desde que lo vio en Mareo haciendo una prueba. Lo tuvo en el filial y ahora en el primer equipo.

El último en subir ha sido Juan Rodríguez al que, a la vista de su rendimiento en Granada se le seguirá viendo por el primer equipo, donde tiene pinta de acabar consolidándose. Abelardo conoce bien el filial, donde vigila de cerca a Pedro Díaz, Cristian Salvador, Pablo Fernández y algún otro tapado, susceptible de sumarse a la lista de los guajes del Pitu.