Han pasado ya 16 años desde que Óscar Luis Arias Suárez (Kassel, Alemania, 5-1-66) vistiera por última vez la camiseta del Sporting antes de regresar al equipo de su vida, el Recreativo de Huelva. Fue allí donde dio el salto del césped a los despachos. Sobre la moqueta alcanzó el éxito al que no llegó como centrocampista. Fue director deportivo de Recreativo y Las Palmas antes de que lo reclutase Monchi para convertirlo en su mano derecha.
-¿Acompañará al equipo en su viaje a Gijón?
-Aún no lo sé seguro. Tengo otro asunto pendiente, pero es probable que sí vaya.
-¿Es un destino especial?
-Para mí Gijón siempre es especial. Pasé allí dos años fantásticos, en los que disfruté mucho en un club y en una ciudad que tienen una repercusión importante en el mundo del fútbol. Asturias es la tierra de mi padre.
-¿De dónde es su familia?
-Mi padre es de Ujo y tengo primos y tíos en Gijón y Mieres.
-Cuidado con usar esos contactos para acercarse a Carlos Castro?
-(Risas) Es del pueblo de mi padre, un lugar donde no es frecuente que haya buenos futbolistas. Ésta es una clara excepción.
-¿Cómo recuerda la experiencia gijonesa?
-Llegué con muchísima ilusión. Aunque acababa de descender, el Sporting es un club histórico con una tradición y una solera grandes. Nos tocó vivir el declive y una situación estructural y económica que lo mermaba. Ahora está en la transición para recuperar lo que el Sporting era y que por prestigio merece.
-¿Cómo se ve al Sporting como club desde fuera?
-Hay clubes que históricamente asocias a Primera y el Sporting es uno de ellos. Tuvo una época magnífica y siempre ha sido una cuna de jugadores importantes.
-¿Queda gente de su época?
-El tiempo pasa, pero sigue estando el Brujo, por supuesto. Es el santo y seña de la entidad, una persona entrañable y que deja huella a todo el que roza. También está Mario Cotelo.
-¿Cómo dio el salto del césped al despacho?
-Al fútbol hay que dejarlo cinco minutos antes de que te deje el fútbol a ti. Tuve una trayectoria larga, que rematé en el equipo de mi tierra, consiguiendo el ascenso a Primera y jugando como capitán con 36 años. De inmediato, me incorporé al staff técnico del Recre. Primero me hice cargo de la cantera, luego fui director de la fundación. Las circunstancias del fallecimiento de Pepe Rivera me llevaron a hacerme cargo del equipo de manera interina. Al año siguiente me confirmaron en el puesto en el que estuve durante cinco años. Luego pasé a Las Palmas y ahora estoy en el Sevilla.
-¿Cómo le ficha Monchi?
-Por cercanía. Siempre hemos tenido contactos con ese club y tenía buena relación con Monchi. Cuando no renuevo con Las Palmas, me ofrece formar parte de la secretaría técnica del Sevilla y éste es ya mi cuarto año.
-Le señalan como la mano derecha de Monchi, ¿es así?
-No sé si será para tanto, pero yo intento que mi aportación al club sea positiva y que se sientan satisfechos con mi trabajo. Si Monchi opina eso, fantástico.
-¿Cuál es la fórmula mágica de la secretaría técnica del Sevilla?
-En esto no hay secretos. Como todo en la vida, se consigue a base de esfuerzo, de dedicación y de trabajo. Desde que Monchi asume la dirección deportiva del Sevilla, hace ya 16 años, ha sido capaz de estructurar esta parcela del club, crear un grupo de trabajo con una metodología clara y definida que ha ido puliendo y cuyo resultado da un crecimiento.
-Todo el mundo trabaja, ¿cómo es posible que siempre vean lo que nadie más ve?
-No es así. En este mundo, no hay tontos. Se trata de tener la capacidad para anticipar situaciones. Los buenos futbolistas los ve todo el mundo, nosotros lo que intentamos es verlos antes que nadie y llegar antes que el resto de equipos. La mayoría de secretarías técnicas están configuradas por cuatro o cinco personas, nosotros somos dieciséis viendo fútbol a diario. La otra pata del banco es la autonomía que tiene Monchi para tomar decisiones.
-Este verano parecía un momento crítico tras la marcha de Emery y de jugadores importantes, pero están firmando el mejor inicio de la historia.
-Acumulamos tanta información, que una de las virtudes de esta secretaría técnica es la de tener una respuesta inmediata a cualquier situación. Manejamos miles de futbolistas que tenemos controlados en nuestra base de datos, con información directa y propia de nuestra gente. La salida de Unai nos coge de improviso, pero Monchi ha reaccionado con prontitud. No sólo ha buscado un sustituto, sino que ha aprovechado para abordar un cambio de modelo, un patrón de juego distinto y una filosofía contraria que creíamos que podía cimentar el crecimiento del club.
-Sampaoli parecía una apuesta arriesgada?
-Sampaoli no tenía experiencia en Europa, pero sí que tiene una larga trayectoria profesional avalada por éxitos importantes. Es una persona muy cualificada y que nos ha contagiado su espíritu competitivo y su ambición de pelear los objetivos con los grandes. De ser un equipo peleón, muy trabajado y con mucho oficio, hemos pasado a ser un equipo protagonista y ahí está la nueva fase de crecimiento.
-¿Qué dicen sus informes del Sporting?
-El Sporting tiene un mérito enorme. Un equipo con la problemática que ha tenido y ha sido capaz de conseguir la permanencia de una manera meritoria, con un equipo muy joven y con dudas en cuanto al potencial. Apuesta por chicos jóvenes que saben lo que significa vestir esa camiseta y que le dotan de un sello de identidad propio que gusta mucho y es un referente. Sabemos que va a ser un partido muy complicado, con un ritmo alto, muy intenso. Tenemos que adaptarnos a eso e intentar imponer nuestra mayor calidad a nivel técnico.
-¿Entiende lo que significa Mareo para el Sporting?
-Mareo es la piedra angular de la entidad, sobre la que se cimenta el Sporting como club, se nutre de lo que sale de ahí. Siempre ha sido el sitio en el que se forja el futuro del Sporting y tiene que seguir siendo así porque históricamente está más que demostrado que de allí salen muy buenos jugadores.
-¿Qué le parece que el Sporting ascendiese y se mantuviese sin poder fichar?
-Muy meritorio. Hay que ponerlo en valor y todos los sportinguistas tienen que sentirse muy orgullosos y contentos de lo que su equipo les da. El objetivo del Sporting pasa por pelear por mantener la categoría.
-¿Qué opina del trabajo de Nico Rodríguez?
-No es fácil. Ha hecho trece fichajes, sin dinero, hay que hilar muy fino. Sé que Nico trabaja muchísimo, le da muchas vueltas a las decisiones que toma y espero, por el bien del Sporting, que las cosas le vayan bien.
-¿Tienen subrayado el nombre de algún jugador del Sporting o entrenador?
-Siempre hay opciones interesantes. Las circunstancias han hecho que irrumpan pronto en el primer equipo futbolistas jóvenes y, la verdad, es que algunos están ofreciendo un nivel muy bueno que despierta la atención de nosotros y de otros equipos. Es un proceso normal y natural al que están habituados en el Sporting, que históricamente ha sacado siempre jugadores jóvenes.
-No quiere señalar, así que no desvelará a qué central de 19 años se refiere?
-(Risas) No, no vamos a decirlo.
