El arbitraje del extremeño Gil Manzano molestó bastante al Sporting, que regreso de Málaga cargado de tarjetas en un encuentro limpio. Para colmo, la segunda amarilla a Lillo pareció excesiva. El remate lo puso con la redacción del acta en la que recoge los reproches que el entrenador de porteros Isidro le hizo a uno de sus asistentes. En el apartado de otras incidencias escribió que "una persona con vestimenta del Sporting se dirigió al árbitro asistente número 1 en los siguientes términos: "¡Lo que tienes que hacer es ver repetido el partido!". Tras decirle que se retirara, se volvió a dirigir a él diciéndole: "¡A mí no me amenaces!", repitiendo estas dos frases en varias ocasiones. Tras requerir al delegado que lo identificara, dice que es Isidro Fernández".